Sin Vermentino, pero fainá por siempre

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No faltará quien se pregunte qué es eso del Vermentino y qué relación tiene ese eso con la fainá. Ya llegaremos, cuando en la redacción de Tomate hacemos una promesa siempre cumplimos; bueno, casi siempre, pero antes…

En Génova y en toda la Liguria. En el universo del Plata, en Buenos Aires, alrededores y en Uruguay. Son las geografías más entusiastas ante la fainá; pero también los marroquíes sefaradíes, que la llamaban calentita, como los de Gibraltar, y los del sur de Francia, que la bautizaron socca; y los de Cerdeña que la piden como fainé.

La fainá reina desde el Medioevo. Siempre caliente –aunque hay quienes la prefieren fría-, que cruja, con aceite de oliva y pimienta negra.

En sus tierras de origen se vale por sí misma. Por estas latitudes así nació pero rápidamente se convirtió en una suerte de compañera eterna de la pizza. Una injusticia, podría decirse, porque su historia y presentes, su textura y sabor, su condición de plato sencillo pero de gran riqueza en gustos y capacidad alimenticia hacen que efectivamente deba reinar con cetro propio.

Llegó a la capital de los argentinos como tantos otros platos, sabores, técnicas y productos; gracias a los inmigrantes de allende el Atlántico, en este caso por gracia de los procedentes del puerto de Génova.

El primer registro de un horno elaborando fainá dice que aconteció en el barrio de La Boca, en 1882. Pertenecía al napolitano  Nicola Vaccarezza.

Ahora, a cumplir con lo prometido.

Vermentino es una uva blanca autóctona italiana, de Liguria. También se cultiva en Toscana, Liguria y Cerdeña. Asimismo, en España y Francia. En nuestro país es casi desconocida y si alguien tiene datos sobre su existencia por estas latitudes, por favor que se comunique con la redacción de Tomate, muchas gracias.

Cuando se vinifica como varietal, Vermentino da un vino color amarillo pálido, frutal, aterciopelado y con evocaciones del durazno fresco. También tiene una nota de almendra verde, especias dulces y pera madura.

La fainá, tan noble ella que sólo necesita de harina de garbanzos – es cierto que de molienda especial -, agua, sal, aceite de oliva, y pimienta; de una placa y de un horno poderoso.

¿Por qué se nos ocurrió relacionarla con el Vermentino, tan difícil de conseguir en Argentina?

Quizá por la fantasía de que este texto pueda acercarnos información acerca de dónde hallarlo, que no se en la Red, importado y a precios casi siderales…Por una cuestión de latitudes: Liguria es la tierra de la fainá y de esa uva…O con la idea de entusiasmar a alguien que quiera comenzar a producirlo.

Pero sobre todo debido a una asociación hasta improbable de colores y sabores; por aquello de Moscato, pizza y fainá.

Tal vez, pero valió la pena.

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