A lo cocoliche, con hinojos, pollo, ostras y naranjas
Un recetario breve para terminar diciembre y comenzar enero de nuestro calendario solar, y cocoliche al decir de algunos libros de un de nuestros Comensales, que es aquella cocina consecuencia del mestizaje cultural, tan propia de los puertos al menos en las bajadas Este y Oeste del río que le dicen de la Plata pero tiene color dulce de leche.
Ensalada de….y para dos; donde comen dos comen tres; la mesa quedará chica pero el corazón cada día más grande, como conjuro contra las maldades de la política y la economía sobre los cuerpos deseantes de quienes queremos y necesitamos comer.
Un hinojo, mediano él, blanco fresco y lustroso; su cuerpo, y que sus ramas y ramillas vayan a la heladera para otro pronto, tal vez, aderezo.
Lo que necesitamos
- Dos naranjas de ombligo.
- Aceite de oliva, el más virgen que consiga, pues debe ser que la virginidad solo es elogio entre los jugos de las aceitunas, si de primeras presiones mucho mejor.
- Aceitunas negras descarozadas; con unos 50 gramos basta.
- Algo de perejil picado.
- Sal entrefina y pimienta negra en granos pero molida al propósito.
Qué hacer
Cortamos en cuartos y descascaramos a nuestras dos naranjas, sin sus pieles blancas también, para luego desombligarlas y tajearlas a su vez en trozos pequeños, pero sin desbaratarlos.
Lavamos los hinojos, los dejamos descansar unos muy pocos minutos y lo seccionamos en rodajas finas.
Sobre una fuente plana, allí van naranjas e hinojos, mezclados con las aceitunas negras y sazonados con el aceite de oliva, la sal (muy poca) y la pimienta; apenas un poco del perejil picado.
Si gustan, pueden añadir un puñado de alcaparras.
Bocadillos pollunos en salsa de ostras…
Fáciles de hacer y económicos aunque eso de las ostras, bueee…Otra vez para dos aunque siendo generosos ante visitas que ¡Uy, justo pasábamos!
Lo que necesitamos
- Estamos hambrientos y habrá muchos huesitos…Entonces un kilogramo de muslitos o bracitos de pollo, así pídanlos que en algunos chiringos le dicen de un modo y en otros, de otro.
- Salsa de otras, tres cucharadas soperas. La pueden comprar en alguno de los mercadillos especializados en productos para la cocina asiática. Es cara pero se utiliza de a poco cada vez.
- Un pocillo de café de salsa de soja.
- Un cucharadita de pimienta negra molida y otra de pimentón dulce, si ahumado mejor.
- Muy poca sal (entrefina) porque las salsas utilizadas ya tienen lo suyo.
- Un puñado de cebolla de verdeo o ciboulette picadas.
Qué hacer
Lavamos y escurrimos las preseas de las aves que no Marías sino de la granja.
Las disponemos sobre una asadera o placa para el horno.
Las pimentamos y las refregamos con la salsa de ostras y la de soja; apenas un poco de sal, y casi mejor que ninguna.
Al horno medio al principio y bajo después, durante unos 30 minutos, hasta que luzcan con ese tono dorado- caramelizado, propio de semejante cocción.
Retiramos y sobre nuestra horneada un algo de lluvia del verdeo o de la ciboullete picadas.
Y a comer con los dedos, para luego chupárselos de sabrosura.
Antes, durante o después; disfruten de aquella, nuestra ensalada.
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