Las “milangas” y ravioles son inexplicables junto al mar

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Víctor Ego Ducrot

Nada tengo contra las milangas, qué digo, contra la milanesas en todas sus versiones y posibilidades, ni mucho menos contra sus majestades de las pastas rellenas, los benditos por todo templo del gusto, los ravioles.

Pero en este textillo que dedico imaginen por qué, al maestro siciliano Andrea Camilleri (’25-’19) y a sus hijos de la escritura y después de la tele, el comisario Montalbano, el sargento Catarella, al vice Mimí, al oficial Fazio y al único y entrañable forense, el doctor Pasquano – protagonistas de la tal vez mejor historia policial de los últimos tiempo -; en este , textillo escribía, descargo mis lamentaciones y dolores de Pejerrey Empedernido por el complejo y a veces hasta ridículo rasgo cultural anti pescado de mis compatriotas humanos, los argentinos de pollerita y pantalones o de ambas prendas, o de ninguna.

Las costas atlánticas de este siempre contradictorio país rondan los seis mil kilómetros de longitud, sin contar las de Malvinas, islas del Sur y Antártida. El denominado Mar Argentino tiene una superficie de un millón de kilómetros cuadrados y según cifras oficiales un potencial pesquero de aproximadamente 700.000 mil toneladas periódicos de pesca; y en sus ríos otras 40 mil toneladas.

Sin embargo, el consumo a nivel nacional de frutos de las aguas no pasa de los cinco kilos por persona por año y el ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación no nos deja mentir. Por su parte, la Bolsa de Comercio de la ciudad de Rosario nos dice que, en el índice más bajo de consumo de carnes vacunas de los último 100 años, el mismo llega a los casi 50 kilogramos por habitante cada doce meses.ENZO A MARE, Punta Secca - Menú, Precios y Restaurante Opiniones -  Tripadvisor

Hay más. En los distintos tipos de pescadería en todo el país, el 56 por ciento de las ventas se refieren a la merluza, el nueve por ciento al calamar y el seis por ciento al salmón rosado importado desde Chile, de acuerdo a datos del año 2021 correspondientes a las autoridades de la Ciudad de Buenos Aires.

Lectores somos los Peje y fuimos a buscar pistas sobre el por qué de la pulsión carnívora de la argentinidad en algunos textos magistrales como lo son Radiografía de pampa, de Ezequiel Martínez Estrada, Metafísica de la pampa, de Carlos Astrada, quien dejara patitieso al mismísimo Martín Heidegger, y Apología del matambre, de Esteban Echeverría, para quienes saben en serio, el fundador de la narrativa argentina con su Matadero.

Gozamos de la letra como pocas veces se puede gozar pero salvo algunas descripciones de alcance interpretativo que surgen de la Apología del matambre, poco pudimos obtener acera de nuestras banales preocupaciones.

Pero no es esta vez mi intención la de analizar ese gran rasgo cultural de los argentos que ya referí como el de una pasión carnívora, pero de vacas y de la familia.

Aquí y ahora sólo quiero dejar registro de mi indignada sorpresa ante la casi imposibilidad de comer con habitualidad pescados y demás bestezuelas que habitan la mar estando por villas, poblados y ciudades a la vera de Atlántico sur, por supuesto con excepciones, antes que se me tiren a las agallas con Mar del Plata y  otros puertos y rincones, desde el Tuyú hasta las tierras del Fuego.

ENZO A MARE, Punta Secca - Menú, Precios y Restaurante Opiniones -  TripadvisorAsí es mis queridos y queridas camaradas, correligionarios, compañeros, amigos y enemigos humanos: por cada pescadito, marisco, molusco u otros chabones del mar, como decía una sobrina de mi amigo Ducrot, que se come por las tierras de costas, cientos, miles, millones de milanesas, ravioles, hamburguesas, papas fritas y demás yantares son despachados con fruición a la orilla mesma del océano.

Qué el Cristo, Mahoma, Satanás o las hadas protectoras lo expliquen; por mi parte ya zarpo hacia aguas profundas, nadaré y más tarde, travestido de humano, buscaré un mesón donde zamparme un primo o prima, unas almejas y ciertos langostinos…con el vino que se me ocurra, pensando en la cocina y las mesas de Enzo a mare, restaurante pegadito al Mediterráneo, el preferido por Montalbano, y en los cannoli que son alma encendida del doctor Pasquano, tanto que a su muerte, en la comisaría de Vigata lo despidieron con una bandeja de los mejor en su honor…¡Salud!

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