Palestina sí, su pollo asado
Qué chusmas somos. Recorriendo las alacenas digitales encontramos un sitio que se llama Palestina Libre y lean lo que allí dicen: Tal como sucedió con las propiedades y tierras robadas a los palestinos, la música, la cocina y los trajes típicos palestinos, en especial la vestimenta femenina de las campesinas, fueron objeto de una apropiación cultural por parte de Israel. El Hatta (pañuelo típico palestino), fue adaptado cambiando levemente el dibujo y el diseño para incorporar una estrella sionista y la comida típica palestina y árabe en general fueron ‘reclamadas’ como propias.
Desde 1948, cuando se produjo la expulsión masiva de los palestinos de sus hogares y tierras, Israel trató de construir un país con pobladores venidos de todos los rincones de la tierra. Salvo ciertos parecidos en la religión o la fe, los nuevos colonos no tenían nada en común. Son personas de distintos idiomas, hábitos, costumbres, idiosincrasia, folklore, raza, etnia, color de piel, etc. Era urgente inventar algo una identidad que aglutinadora.
Tal como sucedió con las propiedades y tierras robadas a los palestinos, se procedió al robo de la música y los trajes típicos palestinos, en especial la vestimenta femenina de las campesinas palestinas. El Hatta (pañuelo típico palestino), fue adaptado cambiando levemente el dibujo y el diseño para aparecer a una estrella sionista, y la comida típica palestina y árabe en general fueron hechas como propias.
El Falafel (croquetas de garbanzo), el Hummos (pasta de garbanzo con especies), los guisos campesinos palestinos, el pan con sésamo, el pan palestino (pita), los dulces, e incluso el Shawerma, y muchas otras típicas y populares comidas centenarias fueron «robados» para fingir que esta sociedad inventada (país) hace unos pocos años, tiene cosas típicas propias, similar al resto de las culturas y sociedades cuyos habitantes han vivido juntos por siglos.
La apropiación cultural es al menos inapropiada. Israel ha colonizado la tierra indígena palestina y ha desplazado y desposeído a los palestinos. Ahora Israel está reclamando las tradiciones palestinas como propia. Después de reclamar 13 alimentos del Medio Oriente como israelíes, un artículo de BuzzFeed afirmó que ‘en Israel el hummus fluye casi tan libremente como el agua …’ por desgracia, Israel ha garantizado que el agua no fluya libremente para los palestinos, ¡ahora están apropiándose de la comida también!. Muchos de los platos que los israelíes reclaman como propios son de la región mediterránea común a todos los árabes y así como turcos, griegos, chipriotas, armenios y persas. Todo el mundo debería disfrutar de la comida que el mundo tiene para ofrecer, simplemente no colonizarlos y apropiarse de ella.
Y en otro de lo potes sabrosones que pueden leer en las Redes (Mi mundo árabe), porque los platillos se comen y se leen, por supuesto, encontramos la receta que para ustedes recopilamos con tanta dedicación, de chusmas que somos…
Pollo asado a la palestina, que se lo contamos para dos comensales, si es posible
Sus elementos
- Seis muslos de pollo con piel
- Aceite de oliva
- Una cebolla morada
- Dos cucharadas medianas de Sumac
- Medía cucharada pequeña de pimienta de Jamaica
- Otro tanto de comino molido
- Algo menos de canela molida
- Jugo de limón
- Cuatro dientes de ajo
- Sal
- Pimienta negra molida Cebolla morada 3
- Algo piñones
- Pan árabe o pita
- Perejil fresco o cilantro para servir (opcional)
¿Qué hacer?
Preparamos una marinada, en un recipiente amplio donde quepa después el pollo. Mezclamos el aceite, el sumac, la pimienta de Jamaica, el comino, la canela, el jugo de limón, los dientes de ajo machacados, la sal y la pimienta negra.
Lavamos y secamos los muslos de pollo. Hacemos un par de cortes en cada pieza con un cuchillo afilado. Los introducimos en el recipiente de la marinada de forma tal que la carne se impregne con las especias y condimentos. Incorporamos también las cebollas cortadas en juliana y removemos.
Tapamos el recipiente y lo dejamos en la heladera unas dos horas; cuanto más tiempo más sabor.
Extendemos sobre una bandeja o placa de horno y asamos precalentado a 180 ºC, si es posible con calor arriba y abajo, durante más o menos una hora, hasta que la piel del pollo se vea dorada.
Servimos el pollo sobre un pan pita y rodajas finas de cebolla morada, espolvoreamos los piñones tostados por encima, un poco más de sumac y unas hojas de perejil o cilantro frescos. Podemos acompañar con unas rodajas de limón para intensificar el sabor cítrico.
¿Y qué más…? A la mesa entonces. ¿Qué les parece una copa de syrah?
¡Ah…! El sumac es un condimento que se obtiene de una planta originaria del sur de Italia, Turquía y Medio Oriente. Tiene un sabor alimonado.
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