Un Dry Martini para Graciano, su cuarteto y el nuevo disco

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Ni le pregunten jamás al editor de Tango a la parrilla por qué se le ocurrió que para iniciarse una vez más en esa suerte de recreación perpetua del sonido del Plata, tan eterno como el jazz y el blues, que se llama Julián Graciano tiene un encanto particular hacerlo de madrugada y con un Dry Martini.

Esta vez los invitamos a viajar desde aquí hasta la plataforma Spotfy – si no la tienen pueden abrir muy fácil una cuenta gratuita- e iniciarse así en esa aventura maravillosa denominada Tango Inmersivo (Cuarteto de tango instrumental), el flamante disco de Graciano 4 Cuarteto, que, anunciado sea de paso, será presentado el 22 de abril en Macedonia, Sarmiento 3632, en Almagro, barrio de tango en el corazón mismo de Buenos Aires, a las diez de la noche.

Pueden adquirir ya sus entradas por aquí: https://www.passline.com/eventos/tango-inmersivo-graciano-4-cuarteto-165751?fbclid=IwAR07q9O5CcSNxKJlcV4w2qVUcBcJVhxL0h6-qjAx4xvBtNBAmRsqwVq0Ryo

No somos críticos musicales ni sabemos música. Sí la amamos y la gozamos. Desde ahí es que nos animamos a afirmar – ya lo hicimos alguna otra vez – que Graciano es hoy la vanguardia tanguera, en complicidades mágicas entre los sonidos de Roberto Grela y el los jazzeros de John Coltrane; y a veces se nos ocurre con guiños de Troilo y Charly Parker.

A escuchar entonces, en vivo en pocos días o desde el disco siempre, al Graciano 4 Cuarteto, donde el troesma lo acompaña tres genios: Manuel Tomás Masetti (guitarra), Pablo Andrés Giordano (contrabajo) y Mateo Gaona (bandoneón).

Y porque sí este Dry Martini para ellos, aunque no podemos con nuestra pasión digresiva y por eso nos permitirán…también porque sí.

Se cuenta que Humphrey Bogart era un gran bebedor, pero Nunnally Johnson –guionista de “Viñas de ira” (1940) e íntimo de William Faulkner- piensa de otra manera. “No creo que Bogie bebiera tanto como él quería hacer creer. No podría haber sido tan bueno en su trabajo si hubiera bebido tanto como se decía”.

Pero sí que bebía. Autor de frases como: “Me parece que el mundo entero lleva tres copas de menos” o “Nunca debí cambiar el escocés por los martinis”, para Joseph L. Mankiewicz, que lo dirigió en “La condesa descalza” (1954), la rudeza de Bogart era una fachada, tenía una coraza protectora de aparente indiferencia y le gustaba hacerse el duro, mientras hablaba por la comisura de los labios, pero en realidad era un sentimental

Le encantaba navegar y lo hacía en compañía de sus amigos, tomando Drambuie mientras jugaban al dominó. Amigo de sus amigos creó el genuino “Rat Pack” (esa suerte de banda de amigos que lo amaban y seguían.

Ya enfermo Bogie y siempre acompañado por su gran amor, Lauren Bacall, el escritor Truman Capote fue a verlo en varias ocasiones; contaba que se sentaba mientras esperaba que le trajesen su Martini.

Quiero imaginármelo en el paraíso, sentado a la barra del “Rick´s Café” de Casablanca (1942), bebiendo un Martini doble y escuchando tocar el piano a Sam. (Del sitio Gastronomíalternativa, texto Javier de las Muelas, uno de los mejores bármanes del mundo, el alquimista de los templos Dry Martini).

Parecería ser que el Dry Martini nació San Francisco, en 1862. El coctel fue nombrado así al ser preparado en un hotel cercano al pueblo de Martínez, en California. La gente bebía en el hotel antes de tomar el ferry nocturno que atravesaba la bahía. El cóctel original constaba de 1,5 CL de vermú dulce italiano Martini  Rosso, 5,5 CL  de ginebra dulce, dos gotas de líquido de cereza marrasquino, dos gotas de Orange Bitter, sacudido y servido con un toque de limón o lima y la imprescindible aceituna cruzada.

Hay quienes ubican su nacimiento en el muy exclusivista y patriarcal club Knickerbocker de Nueva York, a principios del siglo XX.

A partir de esa fecha, los Dry Martini se transformaron en un coctel más sencillo. Dos gotas de Amargo se mezclaron con media medida de Vermú francés seco y media medida de Ginebra/ Gin ingles seca, agitada y servida con una aceituna.

Nuestra receta

Dos medidas del mejor Gin posible y una de vermú seco (si es Martini Bianco mejor).

Enfriar bien las copas y las bebidas.

Lo prepararemos en las mismas copas (bien enfriadas). Ponemos en ellas algo de hielo y añadimos el Gin y el Vermú.

Lo mezclamos en forma suave y entonces agregamos una o dos aceitunas verdes descarozadas y si quieren y pueden retiren el hielo.

Volvemos a removerlo delicadamente y podemos dejar caer unas gotas del juego extraído de la cáscara de un limón (twist) o decorar las copas con una rodaja.

Y salud, que suenen Julián Graciano y su cuarteto.

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