Saganaki: la receta griega del exquisito queso feta frito

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Aram Aharonian

Nuestro ilustre tomatero anda de ronda por el viejo mundo y nos cuenta…y contará…Hoy desde Atenas

El queso más famoso de Grecia, una pasta blanca de textura suave y consistencia blanda pero firme, se usa para muchísimas preparaciones.

El saganaki es una entrada muy popular o un tentempié para cualquier momento del día. Consiste en una porción de queso feta untado con aceite de oliva, rociado con miel y cubierto con esa masa más fina que el hojaldre, conocida como masa filo.

Esa típica empanada griega luego se fríe y se sirve como aperitivo,  o antes del plato principal. Riquísimo y muy fácil de hacer. En la mayoría de los restaurantes griegos, suele flambearse al momento a la mesa y ante los comensales, y las llamas se extinguen con un chorrito de jugo de limón fresco.

Si eres fan del queso feta tal cual, sin adornos, imagina cómo ha de saber en formato saganaki, es decir, rebozado y frito. Con una corteza crujiente y un interior suave y tierno, rematado con un toque de zumo de limón, miel y semillas de sésamo. Para morir e ir al cielo

Bastan cinco minutos y un puñado de ingredientes básicos te separan de esta receta tan decididamente soberbia. Solo hay que calentar un poco de aceite, rebozar el queso en huevo y harina, y a la sartén. Obviamente, hay que envolverlo en masa filo o rebozar con semillas de sésamo.

El término saganaki hace referencia al utensilio de dos asas que se usa para freír y que da nombre a los platos que en él se elaboran: queso, mejillones, gambas, champiñones, entre otros.

Deliciosos todos servidos con salsa casera de tomate, aunque el saganaki de queso feta se lleva la palma.

Ingredientes…queso feta 1, huevo 1, harina de trigo, aceite de oliva, limón,  miel, romero fresco para decorar

Cómo se prepara…Vertemos un par de dedos de aceite de oliva en una sartén y la ponemos al fuego. Mientras se calienta escurrimos el queso feta y lo secamos bien con papel absorbente de cocina. Si queremos, podemos cortarlo por la mitad o en más porciones.

Lo pasamos por huevo batido y, después, por harina, procurando que quede bien rebozado. Freímos en aceite caliente durante un par de minutos por cada lado o hasta que tenga un tono dorado. Escurrimos y servimos con un chorrito de miel, otro de zumo de limón (podemos añadir algunas semillas sésamo) y unas ramas de romero fresco…

Y con pastermá, exquisito

Los refugiados de Asia Menor lo trajeron a Tracia desde sus patrias perdidas y se convirtió en un meze (aperitivo) favorito gracias al aroma característico y al sabor especial de la mezcla de especias (trigo sarraceno, pimentón, pimienta de Jamaica, comino) que lo rodea. En Atenas y El Pireo se hizo conocido por los artesanos armenios, que lo monopolizaron.

La  carne curada (o pastermá) es una salchicha de gusto muy extendido en Asia Central y Occidental. Su nombre proviene de la palabra pastırma (carne prensada en turco), probablemente debido a la costumbre de los turcos que vivían de forma nómada y la llevaban con ellos en bolsillos especiales de la silla del caballo, justo debajo de los muslos del jinete.

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