Un muhammara… ¡Y qué Alepo viva!
Los tomateros todos somos entusiastas de la mesa del Medio Oriente o del Mediterráneo oriental, como prefieran y de cada una de sus influencias. Por consiguiente las rondas en busca de parejas morunos del buen comer es una de nuestras tantas constantes culinarias y, ya que estamos, de escribas acerca de estos menesteres.
En esas andaduras frecuente ha sido encontrarnos con familias de origen sirio, de antaño aquí, y otras de arribos más recientes; algunas de la región de Alepo.
En cada caso pocos y ningunos con los minutos transcurridos hasta conversar sobre el martirio de Siria, con esa guerra reciente que, como tantas otras, las metrópolis europeas y Estados Unidos empujan, y después el terremoto.
Y entonces se nos ocurrió, sí un plato tan típico de Alepo que algunos dicen que por esas comarcas tuvo su origen.
Pero antes de entrar en el que os llevará a chuparse vuestros dedos y por qué no la del comensal que nos acompañe en la mesa íntima, ella o el, de tan pero tan deleitoso les aseguramos es; antes escribíamos…
Nos cuenta la UNESCO, de la desflecada, burocrática y muchas veces casi inútil ONU. Situada en la encrucijada de varias rutas comerciales desde el segundo milenio antes de nuestra era, Alepo estuvo sucesivamente bajo la dominación de hititas, asirios, árabes, mongoles, mamelucos y otomanos. La gran mezquita del siglo XII, la ciudadela del siglo XIII y sus madrazas, palacios, caravasares y baños de vapor (hammam) del siglo XVII forman parte de un tejido urbano armonioso y único en su género, que hoy en día corre peligro a causa de la superpoblación.
Compañero de mesas del hummus (de garbanzos), el baba ganoush (de berenjenas) y el labneh (de yogurt), el muhammara (una suerte de puré o crema de pimientos dulces o morrones rojos) creemos, se distingue por su especial sutileza.
Necesitamos…
Un pimiento rojo dulce o morrón asado y despellejado
Un diente de ajo
Una cucharada de pulpa de granadas, según una receta original o una muy pequeña de miel
Dos cucharadas de jugo de limón
Una cucharada pequeña de pimienta negra, de Cayena o de las cuatro pimientas, molidas
Otra de pimentón dulce o picante (al gusto)
Una más pero de comino
Una cucharada de aceite de oliva extra virgen
Sal fina al gusto
Entonces…
Triturar y batir (a mano o también con procesadora) los morrones asados con las nueces, el diete de ajo, la pulpa de granadas o la miel, el jugo de limón, las pimientas molidas, el pimentón, el comino y salpimentar al gusto.
Luego de añade el aceite de oliva y se vuelve a batir…Existen quienes, antes de llevar el platillo a la mesa, le agregan un poco de tomillo u orégano frescos y picados…y algunas aceitunas negras…
Tended todos el mejor de los apetitos…
Los comentarios están cerrados, pero trackbacks Y pingbacks están abiertos.