Un filete de ballena en Noruega

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Aram Aharonian

Y sí…Nuestro Tomatero no se privó de nada…Y el mundo sigue…

Deje de lado los prejuicios y la cara de asco, me dijo Natalia, la recepcionista argentina de nuestro hotel en Bergen, la segunda ciudad de Noruega: La carne de ballena,es  muy apreciada por su sabor similar al pescado y con una textura y color más semejante a la ternera … y no se puede comer en cualquier lugar del mundo. Nos indicó cómo llegar a los muelles en tranvía y nos mandó a la aventura en esa  noche lluviosa (como tantas) de Bergen.

Cuando uno trata de ponerse en autos se entera que, en términos generales, la carne de ballena puede incluir todos los cetáceos (ballenas, delfines, marsopas) y todas las partes del animal: músculo (carne), órganos (despojos), piel (muktuk) y grasa. Hay relativamente poca demanda, y la caza comercial de ballenas, que ha enfrentado oposición durante décadas, continúa hoy en muy pocos países (principalmente Islandia, y Japón), pero también en Noruega.

En el paseo gastronómico europeo estaba incluida nuestras ganas  de no perder la oportunidad de probar el filete de ballena. Y la oportunidad se dio en Noruega, un país petrolero muy caro, que a la hora de comer no lo es menos. Así que hay que seleccionar muy bien los restaurantes donde comer, para que no se dispare el (escaso) presupuesto de viaje.

Tomamos el tranvía para ir hasta el Mercado de Pescado de Bergen o Fisketorget, que es uno de los lugares más visitados de la ciudad. Un muy agradable paseo por el muelle: está lleno de puestos de comida (pescado y mariscos casi todos), aunque también hamburguesas y salchichas. Pero la lluvia nos privó de comer allí y tuvimos que cruzar la calle, y entrar en Bryggeloftet & Stuene Restaurant.

Coqueto restorán. Elegimos el filete de ballena con brócolini, arándanos rojos y salsa de caza, Tanto su aspecto como su sabor, se asemeja a la ternera, aunque su color es más oscuro. No es un sabor que sorprenda. La del local nos informó que en otros países la consumen cruda, en tartare y en carpaccio.

Nosotros la pedimos en filete, junto a un sabroso plato de cigala noruega, mejillones, langosta, gambas y pescado blanco, en un sabroso guiso con tomate e hinojo. Salimos más que satisfechos, listos para tomar nuevamente el tranvía y volver al hotel.

Cuando comentamos sobre nuestra “hazaña” nos miraron con cara de desprecio. En Noruega, la carne de ballena era un alimento común y barato hasta la década de 1980.

Se podía consumir de muchas maneras, pero a menudo se cocinaba en una olla con tapa en un poco de agua para que se creara un caldo y luego era servida con papas y verduras, a menudo acompañada con flatbrød, un pan sin levadura -tradicional noruego- que actualmente suele comerse con pescados, carnes saladas y sopas.

En fin, toda una aventura del gusto.

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