Si consiguen una Pomatomus saltatrix, aquí  una receta (triple) y fácil

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Tranquilos, que se trata de cocina fácil y a partir de lo que una reina, la del Atlántico Sur, por aquí nos permite.

Ved a vuestra pescadería de mayor confianza. Que la Pomatomus saltatrix sea fresca, nada de freezer; con ojitos luminosos y piel veteada en azul. Si la encuentran de unos dos kilos por peso y porte, no lo duden. Por ella paguen, que de seguro y a precio de la semana pasada en Buenos Aires, no más de unos dos mil y pico de pesos; menos que tres, seguro.

Con ustedes la reina del Atlántico Sur, la anchoa de banco; a gusto de algunos tomateros, el más deleitoso de los pescados, casi un retozo para el paladar.

Extirpar menudencias. Degollarla y que la testa no ruede sino que aguarde su turno. Abrirla por la panza con tajo hasta la cola y así en su nuevo aspecto que sobre asadera repose, con un algo de aceite de oliva, sal y pimienta negra; si apetecen sólo un beso de ajo triturado y corona dócil de laurel; y al horno medio por unos minutos…Vuestra sensibilidad deberá indicarles por cuánto tiempo…¿Quince minutos?

¿Listo?

1.- Entonces, una de sus mitades en meridiano de longitud que sea servida sobre plato blanco, que ciertas gotas de limón la realcen y que recortes de hinojo fresco con aceite de oliva, sal, pimienta y tomillo la acompañen…¿Un Torrontés quizás?

2.- Que la otra mitad enfríe y desmenuzada sea para ser entreverada con trozos breves de papas que debieron ser hervidas, tomates de los minúsculos a los que le dicen cherry en mitades y aros finos de cebolla morada; aceite de oliva, sal, pimienta y una salsa de untes con mostaza de Dijon, Mayonesa Ahumada (les recomendamos las Arytza, las mejores que se producen en Argentina, creemos) y pasta de aceitunas negras. Antes de servir semejante real ensalada, que la susodicha reciba la visita de breves deshojes picados de perejil fresco.

3.- Mientras la metieron mano y pasión al hacer de la ensalada, en olla alta debió estar hirviendo en agua con poca sal y granos de pimienta negra, la cabeza de la anchoa, una cebolla, algunas hojas de laurel, y un recorte de jengibre fresco; además, medio vaso de jugo de limón, otro del vino que estén bebiendo – nunca tardío para esta ocasión – y una cucharada mediana de aceite de oliva. ¡Y qué bendita sea la sopa!

Por supuesto. Mucho antes y como decíamos en un principio, primero lo primero…Conseguid una Pomatomus saltatrix.

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