Tú tienes eso, eso, que me tiene preso…Las 8 Esquinas, bar y bodegón

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Verónicas festivas son las de la memoria. ¿Quién se acuerda, y entre los jóvenes quienes oyeron alguna menta acerca de los TNT, aquél trío de los ’60 que cantaba tienes eso, eso, eso, que me tiene presotienes todo eso, eso, eso, que es la juventud…tienes todo, todo, todo puesto de tal modo, que me gusta todo, todo, todo lo que tienes tú

No se sabrá por qué pero a la hora del título así sucedió, tras leer en una más que interesante página – Restaurantes y bares emblemáticos de Buenos Aires – cierta breve apostilla sobre Las 8 Esquinas, un emblema de la Chacarita.

Y aquí un alto, por favor, un algo de historia, tomada del sitio Barriada y que dice: Las tierras de este barrio pertenecieron antiguamente a los jesuitas, que tenían grandes chacras allí. Su nombre proviene del diminutivo de la palabra «chacra» o «chácara». En 1608, en tiempos de Hernandarias, esa orden religiosa recibió, por compra o donación, una decena de «suertes principales», es decir, lotes de terrenos nacidos en el primer reparto del suelo porteño…En 1806, Santiago de Liniers concentró en la Chacarita las tropas que marcharían a expulsar al invasor inglés…Durante la época de Rosas, albergó a numerosas guarniciones militares y a centenares de indios tomados prisioneros durante la Campana del Desierto de 1833…Pero la muerte llegó por allí en 1871., cuando la locomotora «La Porteña» depositó en el otrora pequeño Cementerio del Oeste su fúnebre carga de víctimas de la epidemia de fiebre amarilla, que hizo estragos en la población de Buenos Aires…Los lujos que dieron fama al lugar fueron la iluminación a gas, el primer pararrayos del barrio y un sótano cargado con toneles que almacenaban vinos

Tras la miscelánea encontrada en redes sociales hasta la propia página del café notable de Buenos Aires nos llegamos.

Todos los viernes y sábados se come guiso de bodegón.

Tradición alemana: Jambonón, Rippen, Kassler y otros manjares que el gusto de los clientes volvieron un clásico. Una receta única para el chucrut, heredada de los antiguos dueños y la mostacita casera.

Típicos platos de la cocina porteña. Abundantes, sabrosos y bien servidos, como corresponde a un bodegón. Clásicos como nuestro “bife de chorizo completo” o la “napolitana (milanesa) con Españolas (papas)”.

Nuestras pastas son elaboradas artesanalmente. Todo bien casero, hecho a mano de principio a fin por nuestro maestro pastero. Rellenas como panzottis capresse o sorrentinos…

Bar Notable. En Forest 1186/88, debajo de un edificio art-decó de dos plantas, funciona desde 1939 el Café Ocho Esquinas. Su ubicación está en la confluencia de las avenidas…

Y para compartir. Tablas de quesos y fiambres seleccionados y estacionados que invitan a disfrutar y a compartir. La propuesta no es sólo gastronómica, el ambiente y la amable atención invitan a un momento en…

Y entonces fuimos, mejor dicho volvimos tras largo tiempo de ausencia. Hasta Forest 1186/88. Hasta el bar, café y restaurante Las 8 Esquinas. Y sí, lo que recordábamos acabábamos de leer en la pantalla digital correspondía con la verdad, que no ontológica ni mucho menos metafísico, sino que de verdades gastronómicas se trata.

No probamos todo lo  anunciado, pues que para ello no hay presupuesto que alcance ni barriga que lo permita; pero si algunos de los platillos más representativos.

Todos en su punto justísimo. La tabla de fiabres y quesos, los panzottis capresse y la napolitana con Españolas sobresalieron. ¿El postre? Hurras para el flan, ustedes ya saben cómo o con qué; si con ambos. Vino tinto refrescado de la casa.

Precios razonables, aunque si fuesen un poco más generoso cuánto mejor sería.

Y para volver, pero con frente bien alta.

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