Olio, aglio, peperoncino, pero al uso de los “tomateros”
Y todo porque fue un medio día con baraka, que bendición, gracia divina y hasta buena fortuna es; cuestión a la que nos referiremos después de la dación de receta y sugerencias.
También aclaramos desde un principio que se trata de un plato de espaguetis y que aquello de al uso de los tomateros es una clara alusión a que la cuestión surgió en la cocina de uno de los (i) responsables de esta revista a tecla digital.
Necesitamos…
Un paquete de espaguetis de sémola de grano duro; ni hablar que de ser posible para el bolsillo, de una de las buenas marcas italianas que por ahí se compran en nuestros maltratados días…Una ración breve de pesto – albahaca, ajo, parmesano rallado y piñones picados -, un diente de ajo, un ají picante rojo pequeño o una cucharada no muy grande de ají molido, sal, pimienta negra y aceite de oliva…
Entonces…
Cocinar los espaguetis en abundante agua hirviente con una pizca de sal, y colarlos cuando estén al dente.
Tener preparado el mejor pesto casero que les sea posible, del cual sólo necesitaremos un par de cucharadas pequeñas, cuestión de darle un dejo más o menos marcado de sabor a la pasta.
Cortar en rodajas finas el diente de ajo y saltearlo en una sartén profunda, hasta que tome color; llevar los espaguetis ya colados a la sartén, añadir aceite de oliva y el ají…remover y que todo ligue…por último algo de parmesano rallado…
El vino de vuestra preferencia y posibilidades y este ha sido un medio día con buena suerte…
Pero falta lo de la baraka, que bendición, gracia divina y hasta buena fortuna es, que adelantáramos y prometiéramos como explicación.
Y un medio día tuvo que ser, para el almuerzo, porque la pasta del caso original fue la que quedó de la noche anterior, que fue la dedicada a un pesto como en el Cielo y en el Averno mandan.
No sabemos si aclarar hace falta que por convicción culinaria y además en atención a la tragedia económica y social que los argentinos vivimos, militamos aquello de que en la cocina nada se pierde todo se transforma en un nuevo plato…Aclarado, continuemos.
A recalentar la pasta pero con cierta inspiración fue la consigna…A la sartén con un algo de aceite de oliva fueron los espaguetis de la velada anterior embelesados por aquél pesto y retirados de la heladera un buen rato antes para que pierdan el frío…Y en el momento justo, el ají (usamos para la ocasión el clásico molido y con moderación), combinar y ligar bien; si hace falta añadir un poco más de pimienta negra…Antes de servir, un tanto de parmesano rallado…¡Y muy buen apetito!
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