Sí, a nosotros sí que nos importa un rábano, y que se vengan los rabanitos
Porque los nuestros son de gran calidad y hallables en la verdulerías durante todo el año – mejor entre febrero y mayo quizás- y en general a buen precio, pese a la bestial carestía alimenticia a la que el presidente facholunático somete a los argentinos, por supuesto que en transa non santa con comerciantes mayoristas y menoristas, los de los márgenes abultados a costillas de consumidores y productores de verduras, frutas y hortalizas.
Elena Rizzo Nerve es periodista, licenciada en Sociología y redactora jefe del italiano Il Giornale del Cibo. Sobre esas maravillas que son los rabanitos escribió…
Es una verdura de la familia de las crucíferas (como la col y el brócoli), conocida en botánica como Raphanus. Su origen es oriental, de hecho se cultiva desde hace miles de años en China y Japón.
De esta pequeña hortaliza generalmente comemos la raíz, casi siempre cruda y en ensaladas y encurtidos.
Desde ya una delicia y casi nadie entre los escribas del comer y de todo pelaje se refiere a ella.
De piel roja (o blanca), pulpa crujiente y sabor ligeramente algo picante, el rábano es una planta monocárpica, lo que significa que produce solo un fruto al año. La raíz es redonda y grande, por lo que es rica en propiedades nutritivas útiles para el posterior desarrollo del fruto y de las flores (pequeñas, de color lila o blanco). Existen muchas variedades, redondas, cilíndricas o alargadas, como el famoso daikon , comúnmente llamado rábano blanco: algunos, japoneses, pueden desarrollar una raíz de hasta 50 kg.
El rábano tiene propiedades beneficiosas muy interesantes, tanto que en la antigüedad se utilizaba como remedio natural contra la fiebre y las infecciones de la piel. Posee las siguientes propiedades: diurético, útil en caso de inflamación renal y ardor al orinar; depurativo para la salud renal. Sedante, contra la tos y la bronquitis, utilizado en forma de infusiones o decocciones. Estimulantes de la actividad del hígado y la vesícula biliar.
Además de su uso tradicional en ensaladas, también…Y he aquí una idea: un “pesto” ligero con sus hojas, ajo y aceite de oliva virgen extra, para combinar con ricotta y sazonar una pasta.
Por último y para los más golosos, una idea de la colega italiana: recomendamos los rabanitos fritos, preparados con una masa de harina, huevos, leche, aceite y sal, mientras que si quieres atreverte y utilizarlos como postre, prueba a glasearlos ,cociendo agua y azúcar hasta formar un almíbar.
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