¿Malbec, Cabernet Sauvignon o Merlot?
Pese a que otros varietales ya se han inscripto en el gusto vinero por estas tierras al Occidente del Río de la Plata, y sobre todo a que, para ciertos tomateros, no hay vinos como los de la vieja guardia, de cortes o blends, tal cual se le dicen en estos tiempos, el Malbec, el Cabernet Sauvignon y el Merlot son los nombres de las tres variedades tintas más elegidas por los argentinos.
Sin embargo, dice la bodega Bianchi, de larga tradición y del sur de Mendoza (San Rafael), a la hora de optar por uno u otro varietal, surgen ciertas dudas que complejizan la elección.
¿Cuál disfrutaré más de acuerdo a mis preferencias de consumo? ¿En qué se diferencian entre sí? ¿Cuál es más conveniente para un determinado plato o situación? ¿Cómo reconocer un ejemplar de calidad de uno que no lo es?
A continuación, las respuestas a estos y otros interrogantes en una comparación entre el Malbec, el Cabernet Sauvignon y el Merlot.
¿Cómo diferenciar estas tres variedades?
Como sucede con todas las variedades finas, estas tres uvas tintas se distinguen y diferencian entre sí por los colores, aromas y estructura que caracteriza a sus vinos:
Color
Malbec. En los vinos jóvenes, esta variedad suele ser la más violácea y más oscura.
Cabernet Sauvignon. Sus vinos son de color granate medio, no tan violetas.
Merlot. Sus ejemplares son de una tonalidad rubí brillante o granate claro.
Algo que tienen en común las tres variedades es que cuando sus vinos son añejados, después de un tiempo en estiba, tienden a cambiar sus colores brillantes por tonalidades más amarronadas (color teja).
Aromas
Malbec. Tiene aromas a ciruela, fruta negra y roja madura; también se perciben violetas y -en ciertos casos- desarrolla notas a grafito.
Cabernet Sauvignon. Presenta aromas a frutas rojas y negras entremezcladas con sus característicos especiados a pimiento rojo y verde. Comparte con el Merlot cierta nota a piracina que recuerda al morrón.
Merlot. Sus aromas recuerdan a cassis, frambuesas, frutas rojas y flores. Presenta notas ahumadas, en algunos casos a especias dulces, y cuando pasa por madera remite al cuero.
Si bien en líneas generales éstas son sus expresiones más características, los aromas de estas tres variedades son sutilmente distintas de acuerdo al terruño en el que nacen.
Estructura
Malbec. Es redondo, fácil de tomar, de cuerpo medio, taninos dulces y poca astringencia.
Cabernet Sauvignon. Sus vinos presentan más estructura tánica, potencia y cuerpo. Sus taninos son más firmes y presentes, se perciben más que en las otras variedades.
Merlot. Sus vinos son tersos, al igual que el Malbec, es una variedad de cuerpo y taninos medios.
¿Con qué marida mejor cada vino?
Por su versatilidad, estas variedades armonizan con una incontable cantidad de platos que se disfrutan en distintas situaciones, tanto para comidas informales como para ocasiones especiales.
Por su parte, el Malbec combina muy bien con carnes magras grilladas, quesos semiduros y pastas. Un acompañante perfecto para este vino es el ojo de bife con vegetales y hongos asados.
El Cabernet Sauvignon es ideal para acompañar carnes con mayor contenido graso a la parrilla y platos calóricos y especiados, con sabores definidos. Una opción perfecta para esta variedad es la porchetta de cerdo con puré de castañas y damascos frescos.
Por último, el Merlot combina con carnes de caza y quesos duros de sabores no tan pronunciados. Un gran acompañante de esta variedad es el risotto de remolachas y portobellos.
¿Cómo reconocer cuando estos vinos son de calidad?
Degustar un vino es la mejor forma de conocer su calidad. En las distintas fases de la cata (vista, olfato, gusto y sensación táctil), el ejemplar tiene que gozar de una armonía general. Cada una de sus aristas tiene que dar una sensación de redondez y equilibrio al beberlo.
En líneas generales, los Malbec, Cabernet Sauvignon y Merlot de calidad son ejemplares puros, con aromas a fruta fresca, sabores definidos, madera equilibrada y sentido de terruño.
¿De qué regiones provienen?
Malbec: Su origen se encuentra en el sudoeste de Francia, más precisamente en la región de Cahors. Fue el agrónomo Michel Aimé Pouget quien lo introdujo en nuestro país en la década de 1850, en el marco de un proyecto de reconversión de la industria. Hoy, más de 160 años después, es la cepa más plantada de la Argentina y fue su nombre el que llevó la industria vitivinícola local a las primeras planas del mundo.
Cabernet Sauvignon: Si bien gran parte de su prestigio viene de la fama de los grandes vinos que otorga en su terroir de origen, Burdeos, en Francia, con el correr de las décadas su dominio se ha expandido a la mayor parte de las zonas productoras del mundo.
Merlot: También es originaria de la región de Burdeos. Es la variedad más cultivada en su terruño de origen y la segunda uva más implantada en el mundo, detrás del Cabernet Sauvignon.
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