De la trinchera al sartén

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Matilde Souto Mantecón

De la trinchera al sartén. Recetario del exilio español en México es más que una colección de recetas. Es un libro que nos adentra a una faceta íntima y poco conocida de un exilio que ha sido muy estudiado. En efecto, se ha escrito mucho sobre los republicanos transterrados en México al término de la guerra desatada en España por el golpe fascista de 1936 y la dictadura franquista impuesta a partir de 1939, pero aun así quedan aristas que pueden estudiarse, como se demuestra claramente en el libro que Maité Laborde, Melinda Ridaura y Maco Sánchez publicaron en México bajo el sello de la editorial Planeta en 2024. Este libro es efectivamente un conjunto de 130 recetas que las autoras consiguieron reunir tras lanzar en redes sociales una convocatoria para que las hijas y los hijos, las nietas y los nietos de los exiliados españoles enviaran las mejores recetas de la cocina española de sus familias, acompañadas de un breve relato que pusiera en contexto el platillo y una fotografía de su autora o autor.

Con esta sencilla estructura, se consiguió elaborar una obra que nos dice mucho más que simplemente lo que comían los españoles republicanos exiliados en México. Como lo describe Maco Sánchez en la introducción del libro, este recetario nos permite entender la enorme importancia que tuvieron las mujeres en el exilio, el papel que desempeñaron en una de las batallas más arduas que cabe imaginar, esta es, la lucha por normalizar la vida tras la guerra y en el destierro, y finalmente la inmensa labor que desplegaron para reforzar la identidad del grupo y cuidar el legado cultural de la España republicana. Y en esta batalla de las mujeres por normalizar la vida y preservar la identidad, la comida fue el instrumento por excelencia para librar ese combate.

De la trinchera al sartén muestra que la comida, desde los más sencillos y emblemáticos platillos como pueden ser un gazpacho, una tortilla de patatas o unas croquetas de jamón hasta los guisos más sofisticados como un pollo en pepitoria, unió lo que la política dividió. Ya en México, comunistas, socialistas, anarquistas y republicanos comían los mismos platillos y más de una vez compartieron la mesa, aunque siguieran discutiendo entre bocado y bocado.

Pero a decir verdad los exiliados españoles no comían exactamente lo mismo que en su infancia y juventud habían comido en España, pues en México las recetas se adaptaron y se aprovechó lo que esta nueva tierra ofrecía, bien para sustituir algún ingrediente que en México no podía encontrarse, bien para agregar un nuevo sabor que hacía más vibrante aún el platillo, tal vez un tipo de chile más picante que las guindillas, como ocurrió con las patatas picantes que en México se aderezaron con chile serrano picado finamente. O bien, se hicieron exquisitos experimentos culinarios que fueron una forma de homenaje de los republicanos españoles a México, como la tortilla tricolor de María-Ana Migallón en la que lograba desplegar la bandera mexicana en cada rebanada al sobreponer una sobre otra tres tortillas, una de espárragos verdes, otra de patatas y una más de pimientos rojos.

En suma, gracias a este libro podemos recrear cómo las mujeres del exilio consiguieron con sus recetas de comida española normalizar las vidas de sus familias tras la guerra al construir en México nuevos hogares en los que lograron conjurar el hambre padecida en la guerra al mismo tiempo que preservaron la memoria y la identidad españolas, pero eso sí, fusionadas, renovadas, con los sabores y aromas mexicanos.

Texto tomado del Blog Atarraya.

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