Galletas con salsa de salchichas, para un tal Jesse James

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No para el de las películas, sino para el verdadero, asesinado y convertido en leyenda, sí de literatura e historietas, sí cinematográfica. Bien lo recuerda un texto de J. M. Sadurní, publicado el año pasado en el sitio National Geographic, que así comienza: El forajido Robert Ford ponía fin a la vida de Jesse James el 3 de abril de 1882. El bandolero fue abatido en su propia casa, por la espalda. Moría de esta forma un delincuente y nacía una leyenda.

Y he aquí algunos párrafos para luego ir a lo nuestro…

La guerra de Secesión tuvo una gran influencia en la vida de Jesse James. El condado de Clay, en Missouri, donde nació, se convirtió en un paso fronterizo entre el Norte y el Sur y allí se libraron combates muy violentos. Jesse y su hermano Frank se unieron a la guerrilla sudista de William C. Quantril, fundador de los Quantrill’s Raiders, para luchar a favor del ejercito confederado.

Los James se rindieron a los soldados de la Unión, pero los términos de la rendición no fueron respetados, así que, para sobrevivir, los hermanos acabaron uniéndose a la banda de los Younger, un grupo de forajidos que pronto adquirió notoriedad por la audacia de sus robos y asaltos a trenes.

El acontecimiento que marcó un punto de inflexión en la vida de Jesse James se produjo en 1875, cuando miembros de la Agencia de detectives Pinkerton, muy probablemente contratados por el Gobierno o quizás por los Robber Barons –un poderoso grupo de empresarios que dominaron la industria norteamericana en el último tercio del siglo XIX– decidieron acabar con ellos debido al peligro que representaban para sus intereses económicos. Así, la noche del 25 de junio de ese mismo año, lanzaron una bomba contra su casa.

Al fin y el cabo de eso se trata la historia del capitalismo en Estados Unidos – y en todo el mundo – de burgueses con el poder y la licencia para asesinar, desde el Estado o por fuera de él.

Continuamos con J. M. Sadurní…

Jesse y su hermano Frank no se encontraban allí ese día, pero no así su madre –que perdió un brazo a consecuencia de la explosión– y su medio hermano Archie, de 8 años, que murió en el atentado. Este hecho desató una oleada de indignación entre la población, puesto que los James eran muy queridos por actuar a menudo en favor de los más desfavorecidos (…).

Los James no se dieron por vencidos y formaron un nuevo grupo de delincuentes; por entonces, el gobernador de Missouri ya había puesto precio a sus cabezas: 10.000 dólares.

Fue entonces cuando Robert Ford, uno de los miembros de la banda, que aspiraba a dirigirla en lugar de Jesse, pensó que era su oportunidad. Con la excusa de planificar un nuevo golpe con Jesse, acudió a su casa con la intención de matarlo y, aprovechando un momento en que este se encontraba desarmado –algunas fuentes dicen que estaba colgando un cuadro–, le disparó por la espalda, huyendo junto con su hermano Charlie. Pero sus planes acabarían fracasando, puesto que de la recompensa prometida sólo cobraron 500 dólares cada uno.

En la actualidad, la casa donde fue asesinado Jesse James aún se conserva y los curiosos pueden ver el agujero de la bala que acabó con su vida. Su cuerpo descansa en el cementerio de Mount Olivet, Kearney (Missouri), y en la lápida encargada por su madre puede leerse: «En memoria de mi hijo amado, asesinado por un traidor y un cobarde cuyo nombre no merece figurar aquí».

Ahora sí…

Según el sitio Parents Cooking Club, el plato preferido de Jesse James fueron las Galletas de suero de leche con salsa de salchichas y los que sigue es su receta…

Ingredientes

Para las galletas: 2 tazas de harina. 1 cucharada de polvo para hornear. ½ cucharadita de bicarbonato de sodio. 1 cucharadita de sal. ½ taza de manteca fría. ¾ de taza de suero de leche

Para la salsa: 450 g de salchicha (parrillera o de de Viena). ¼ de taza de harina. 3 tazas de leche. Sal, pimienta, una pizca de cayena

Entonces…

Para las galletas: mezclar los ingredientes secos e incorporar la manteca hasta obtener una textura arenosa. Incorporar el suero de leche, amasar ligeramente, cortar las galletas y hornear durante 12 o15 minutos.

Para la salsa: dorar la salchicha, incorporar la harina y cocina durante 1 minuto. Agregar la leche y cocinar a fuego lento hasta que espese.

Servir la salsa sobre las galletas.

Y a comer…

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