Una balada para Juan y Paola, pescadores

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Juan Ignacio Zacarías y Paola Casarín viven en Mar del Sud, que queda al Sur de Miramar y es un pueblo veraniego con una cualidad única: al recién llegado lo enamora y para siempre o el viajero en cuestión se va poco menos que corriendo, con la certeza de que esa villa no es para él, ni para ella, que por ahí sólo habitan divinos enloquecidos, misteriosas criaturas de la playa.

Ellos, Juan Ignacio, Paola y sus niños, llegaron un día y nunca más partieron. Viven de la pesa, sí literalmente: a pocas cuadras del mar pero donde ya sabe a campo, casi, sobre la principal que allí es de arena, verán un cartel que dice a 50 metros Juan, el pescador.

El mar es el Lucifer del azul. El cielo caído por querer ser la luz. ¡Pobre mar condenado a eterno movimiento, habiendo antes estado quieto en el firmamento! Pero de tu amargura te redimió el amor. Pariste a Venus pura, y quedose tu hondura virgen y sin dolor. Tus tristezas son bellas, mar de espasmos gloriosos. Mas hoy en vez de estrellas tienes pulpos verdosos. Aguanta tu sufrir, formidable Satán. Cristo anduvo por ti, mas también lo hizo Pan…Federico García Lorca.

Palpita un mar de acero de olas grises dentro los toscos murallones roídos del puerto viejo. Sopla el viento norte y riza el mar. El triste mar arrulla una ilusión amarga con sus olas grises. El viento norte riza el mar, y el mar azota el murallón del puerto. Cierra la tarde el horizonte anubarrado. Sobre el mar de acero hay un cielo de plomo. El rojo bergantín es un fantasma sangriento, sobre el mar, que el mar sacude… Lúgubre zumba el viento norte y silba triste en la agria lira de las jarcias recias. El rojo bergantín es un fantasma que el viento agita y mece el mar rizado, el tosco mar rizado de olas grises…Antonio Machado.

Antes que el sueño (o el terror) tejiera mitologías y cosmogonías, antes que el tiempo se acuñara en días, el mar, el siempre mar, ya estaba y era. ¿Quién es el mar? ¿Quién es aquel violento y antiguo ser que roe los pilares de la tierra y es uno y muchos mares y abismo y resplandor y azar y viento? Quien lo mira lo ve por vez primera, siempre. Con el asombro que las cosas elementales dejan, las hermosas tardes, la luna, el fuego de una hoguera. ¿Quién es el mar, quién soy? Lo sabré el día ulterior que sucede a la agonía…Jorge Luis Borges.

Son todos eso mares y los de múltiples relatos de marinerías, soledades y abordajes, puertos y tabernas; son esos los mares de todos los pescadores.

También los de Juan y Paola, que en su morada habitan, delante de lo que sí, pescadería debemos decir.

Allí, sobre todo sus propias pescas del día – cuando el Atlántico Sur se comporta como es debido para semejantes oficios- y otros frutos que buscan los clientes y ellos se encargan de conseguir en banquinas de puertos cercanos; allí pueden ustedes pasar a comprarlos, con la certeza de vientos, mareas bajas y altas, y profundidades en sus mesas.

¡Ah!…Y si ellos andan con tiempo para la cocina, el comensal puede tener la buena fortuna de probar algunos platillos y ciertas empanadas marineras.

Al que ande por esos territorios de la provincia de Buenos Aires y no visite a Juan y a Paola, buena parte de la vida siempre les será ajena.

  • Juan el pescador
  • Mar del Sud
  • Sobre calle 100 después del asfalto a uno 300 metros verán en cartel indicador
  • WhatsApp 54 9 223 546 0822
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