Chupetones, pelotitas y pitos-pitos: hoy la corrección política nos condena

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Pero hace cosa de medio siglo eran golosinas – – algunas perduran en los kioscos locales – que hacían la delicia de pibas y pibes en todo el país de los argentinos.

Vimos una reproducción de lo que fuera un aviso publicitario de aquel entonces en las redes sociales, gracias al escritor y difusor cultural santafecino Daniel Rafalovich, y un comentario al respecto del poeta bonaerense Miguel Gaya que dice con humor, esos nombres son impensables hoy día.

Y por supuesto que sí, porque las falanges de la corrección política pretenden más unicidad y omnipresencia que la ostentada por los dioses que si quieren, ellos y ellas pueden ser humildes, porque todos bien sabemos que las deidades no pierden el tiempo prohibiendo procederes imposibles de prohibir, apenas si fueron los Hombres y sus prosas y versos con aspiraciones divinas los responsables de memeces tales como no desearás a la mujer – o al varón, claro – de tu prójimo, por ejemplo.

Esa corrección política que se abatió sobre la erótica y sus modos del decir se fue extendiendo hacia otros territorios de placer y del gusto, en nombre de dietas, higienes y fruiciones obsesivas por lo saludable.

Sin embargo, no sólo párvulos y párvulas siguen entusiasmándose con las golosinas – supo existir en las playas de Mar del Plata un vendedor que voceaba pidan, griten, lloren que aquí está el de los chupetines – sino que basta pararse ante un punto de ventas de semejantes dulcerías para ver como también los adultos se las engullen y zampan sin vergüenzas.

Paaalito, bombón… helaaados…Así zumbaban por los barrios de un antes que parece tan lejano y durante las siestas del verano los heladeros en triciclos con cremas Laponia y Noel, entre otras.

Y si de pie o sentados a las mesas de cualquier refectorio llega la hora de un refresco o gaseosa ya no se pregunta si allí tienen una pajita…¡Nooo! Ahora se pide un sorbete, al que los mexicanos llaman popote.

De los creadores de los chupetones, las pelotitas y los pito-pitos que recordamos en nuestros título – y de otras golosinas y sabores –, tras visitar el sitio de la empresa Lheritier podemos contarles…

Todo comenzó en 1896, en la localidad de San Carlos Norte, provincia de Santa Fe, cuando Don Juan María Lheritier y Don Juan Orse deciden asociarse para elaborar productos alimenticios, con el objetivo de abastecer de los más deliciosos sabores a toda la región.

En 1919 Don Juan María Lheritier adquiere la totalidad del fondo de comercio, emprendiendo una nueva etapa de la compañía junto a su familia.

En el año 1958, la empresa decide apostar fuertemente al futuro, generando un importante proceso de transformación, incorporando equipos y maquinarias de tecnología alemana, italiana e inglesa, convirtiéndose de esta manera en una moderna planta industrial.

Ya reconocida en el mercado por el particular sabor de sus caramelos, Lheritier inicia la elaboración de chupetines, logrando un importante rol en ese segmento.

Las estrategias de producción, la búsqueda de nuevos mercados y la necesidad de desarrollo y expansión constante condujeron a la producción de una nueva línea de turrones y confituras, para satisfacer a los clientes más exigentes.

Sobre esta historia, protagonizada por la visión y la fuerza de una familia de emprendedores, Lheritier ha adquirido un importante rol en el sector de los chupetines, como productos y proveedor de productos de la más alta calidad.

A fin del año 2017 Lheritier, mediante su estrategia de expansión, termina de adquirir a Bessone S.A., empresa especializada en infusiones. Sus productos emblemáticos, Malta El Pocillo y Malta Maltifé, encabezan las categorías estratégicas, seguidas por Cereales, Bebidas en Polvo, Cappuccino, Panificados y continuos desarrollos.

Actualmente Lheritier exporta sus productos a más de 20 mercados externos, distribuidos en las siguientes regiones estratégicas: América del Norte, América Central y Caribe, América del Sur, Europa, Medio Oriente y África, siendo la línea de chupetines la más comercializada en el exterior por sus originales sabores y formatos.

La empresa se caracteriza por proveer a los diferentes mercados extranjeros, de una amplia variedad de marcas compuestas con productos de alto valor agregado, contando con la capacidad productiva de realizar adaptaciones de acuerdo a cada destino.

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