“Ojos de atún”, un manjar para comensales sin prejuicios

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Y que hayan superado ciertas convenciones del asco, que, recuerden, se trata ello de una construcción cultural; y que bien lo explicó en sus textos el antropólogo de la alimentación estadounidense Marvin Harris (1927-2001) cuando afirmaba que todos nosotros hemos comido sin chistar y gozando, picaduras de minerales, secreciones glandulares y mucosidad que provocan las sombras y la humedad: sal, leche y hongos.

El sitio VietnamPlus revela un plato del mar que está ganando adeptos, por no decir adictos: La ciudad portuaria de Quy Nhon, en la provincia central vietnamita de Binh Dinh, es bendecida por la naturaleza con diversos productos acuáticos, incluido el atún. Con el cual, con el cual se prepara el ya famoso platillo Ojos de atún, sazonado en forma especial con una variedad de chile o pimiento verde.

Atún de ojos grandes, inexpresivos, como de muñeca, que han contemplado muchas aguas, muchas millas náuticas de migración, y que están absolutamente preparados para la visión subacuática, el acecho de las orcas y la poca luminosidad de las aguas. No necesitan párpados porque no tienen la necesidad de lubrificar nada (la córnea está en permanente contacto con el agua), y las lentes de nuestros amados escómbridos son esféricas y algo aplanadas, con un gran poder refractivo.

Los pescadores y los marineros de los barcos atuneros japoneses elaboraban una especie de shiokara, que es un salado fermentado con la carne gelatinosa, que está justo detrás del globo ocular. El shiokara es un plato de aprovechamiento que recurre a diversos tropezones de pescados y mariscos y que se caracteriza por ser un pasta viscosa de inenarrable color marrón. Pero insisto, no eran partes comerciales. Lo que sí se comía después era el globo ocular. Así informaba no hace mucho el blog Fuentes, del Grupo Ricardo Fuentes, un empresa familiar española dedicada a la producción de atún rojo.

La ciudad portuaria vietnamita de Quy Nhon también es famosa por sus platos de caracoles. Se  puede ir a la calle Ngoc Han Cong Chua, justamente conocida como  la calle de los caracoles. Además, otro lugar que vale la pena visitar es Co Xi (Oc Co Xi), ubicado en un callejón en la calle Dao Duy Tu, bastante difícil de encontrar para los novatos que siguen las direcciones en Google Maps.

Allí suelen ofrecerse unos cincuenta platos como caracol frito con coco, caracol al vinagre con lemongrass y chili, con tamarindo al vapor, thai al vapor, vieiras a la plancha con mantequilla, a la plancha con grasa de cebolla…Todo detallado por un informe del ’22 del periódico digital del Partido Comunista de Vietnam.

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