“Máquinas” de Sapognikoff, equilibrios en movimiento, pliegues de cocina

114

Como nuestros lectores sabrán, El Pejerrey Empedernido lo es tanto que aprendió hace siglos a nadar entre las aguas más barrosas que ustedes puedan imaginar, pues de otra forma imposible le hubiese sido habitar entre el Mar dulce y el mar en serio, y hasta en lagunas olvidadas.

A veces, no con mucha frecuencia por suerte para la paciencia de sus prójimos lectores, por el arte tiene sus arrebatos.

Hace días – ahora paso a escribir en primera- me acerqué a ver las obras con gracias concebidas de la edición ’25 del Premio Prilidiano Pueyrredon, de la Universidad Nacional de las Artes (UNA), en La Casa del Bicentenario, Riobamba 985, en esta sufrida Ciudad de Buenos Aires.

En especial me interesaba ver una obra, justamente la galardonada con el primer premio.

Una peli video de animación, de algo más de un minuto y que por título dice Máquinas y es creación de Guido Sapognikoff, un joven artista argentino inclasificable, entre los libros y el cine, la conversación, el humor siempre y un apasionado amor por la cocina, la mesa y sus parajes.

No podía ser de otra forma, su arte es poético y, se me ocurre escribirlo, objetual, porque en él que ciertos artefactos viejos que al comer hacen, con estruendosa mudez hablan de ¿amor?; si la aparición de una flor es amorosa.

Y lo que sigue entonces ya no me pertenece como texto, si como consecuencia de evocaciones y asociaciones. Así fue que entre papeles y pantallas recuperadas, más o menos al sitio español El genio maligno le afané lo siguiente, y cuento, El Hombre de Vitrubio, uno de los dibujos más conocidos del Renacimiento, realizado por Leonardo, representa a un varón insertado dentro de un círculo y de un cuadrado con la intención de exponer la referida idea del cuerpo humano como la obra de mayor perfección existente en el Universo, a través de la cual se podían establecer y estudiar las proporciones de todo aquello que existiera en la Naturaleza.

Esa obra refleja los ideales de proporciones descritos en el siglo I d. de C. por el ingeniero y arquitecto Marco Vitrubio, quien fue arquitecto de Julio César y autor del tratado más antiguo sobre arquitectura que se conserva: De Architectura, en diez libros, que trata sobre órdenes, materiales, técnicas decorativas, construcción, tipos de edificios, hidráulica, colores, mecánica y gnomónica
El último libro está dedicado a las máquinas y en toda su obra el romano da cuenta de sus principios estéticos, que siempre deben estar en equilibrio: firmitas (solidez), utilitas (utilidad) y venustas (belleza), que deben estar en equilibrio.

Leonardo…

La inestabilidad política que vivía el territorio italiano durante dichos siglos XV y XVI hizo que las zonas fronterizas fueran lugares de continuas disputas. Dentro de este contexto se explican los diseños de las máquinas que Leonardo llevó a cabo para ganarse la confianza de Ludovico Sforza, y así poder de trabajar en su corte de Milán como inventor e ingeniero militar. Entre los proyectos que le presentó se encontraban puentes transportables, bombardas especiales con proyectiles explosivos que se abrían en ramilletes de otras bombas menores, carros armados y recubiertos de blindajes, carros provistos de guadañas giratorias, diferentes tipos de ballestas y catapultas. Y añado, pero también y no sin engañifas al Moro, artefacto de cocina varios y sobrevivientes.
Y sigue El genio maligno…A través de los múltiples y variados diseños de máquinas Leonardo pretendía que el hombre tuviera un mayor dominio sobre la Naturaleza en sus diferentes medios: tierra, agua y aire…

Quizás alguna flor desde una cacharrosa picadora de carne…


 

Los comentarios están cerrados, pero trackbacks Y pingbacks están abiertos.