Una milanesa memorable, para Pappo, para Ringo o para John
También podría ser para El gordo y el flaco, para Maradona, para el rocanrol y por supuesto para el alma, que es el blues. En pocas palabras, para íconos de una galería que sabe de amores porteños, resistente ante los malos tiempos que vivimos.
Y así debería ser, que no es a mi manera, canción que inmortalizara Fran Sinatra y que siempre se le adjudicaron a otro estadounidense, Paul Anka; aunque parece que fue obra del francés Claude François, por los ’60 y con el título original Comme d’habitude.
Pero volvamos a aquello de que así debería ser, porque si hay un comer porteñazo, entre otros, ese es el de las milanesas o milangas, que puede ser que la dejen ir al baile sola o con fritas, o a caballo, a la napolitana, o con infinitas variaciones, tal cual las ofrecidas (y excelsas) en Don Ignacio, que queda en Almagro, al 3439 de la Avenida Rivadavia, frente a la estación Loria del subte A… La mañana incoherente me sonrió, una burla que volaba se escapó. Y pensé cuándo subiste a mi tren, mujer, que yo no te vi…
Un local pequeño – ¿un bodegón?…para muchos sí pero un día nos pondremos de acuerdo sobre esa palabra y categoría: bodegón– con pocas mesas y paredes que son como una gira mágica y misteriosa por el rocanrol, el blues y lo que puedan imaginar acerca de iconografías de por estas tierras sufridas.
Medio día y noche. Entre las mejores milanesas de Buenos Aires – esa es la naturaleza profunda de su carta –, flanes (delicias) y otros pocos postres más, birra y vinos, y que se yo…Imperdible.
Mientras, los imaginarios de John Lennon, Pappo, Oliver Hardy y Stan Laurel, Ringo Bonavena y el 10 para siempre – ¿quién será, no?-, entre tantos más, nos iluminan desde de retratos y miradas.
Precios más que acomodados…
¡No dejen de ir!
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