Latidos: el corazón del vino

497

Mariana Baranchuk

Hace unos días había programado una visita a “Latidos Vinoteca”, el espacio que abrió hace algunos meses Diego Laneve y donde, entre otros, se luce, toda la línea  Latidos Wines.

Permítaseme una digresión: casi cancelo la reunión por un tornado personal, pero ese día, además, se realizaba una cata y quería cubrir todo de un tirón. Así que marché hacia Villa Ortúzar con mi corazón roto y llegué al mejor lugar para hablar de corazones rotos de verdad, de la importancia de ceder el corazón y, además, del maravilloso cicatrizante que es el buen vino para dolencias menores como las que yo sufría. 

Diego es sommelier egresado de la Escuela Argentina de Sommeliers, trabajó en hoteles ejerciendo esa función e iba a ferias y eventos de todo tipo.  Hasta que en mayo de 2019 le descubrieron una insuficiencia cardíaca “Yo tengo una cardiopatía congénita de chico, un marcapasos de prevención, y me dijeron que me quedaban tres meses de vida. Así de simple. Me fui llorando, pero pensé: “Algo tengo que hacer”.

Fue en ese momento que imaginó un mix entre lo que más placer le daba en la vida, o sea los vinos, y dar a los otros: trabajar para la concientización acerca de la donación de órganos. “Entonces pensé que era el momento de hacer una acción netamente solidaria con los vinos: primero hacía vivos en Instagram, sobre la importancia de la donación de órganos y la prevención de enfermedades cardiovasculares, y a través del Instituto Cardiovascular de Buenos Aires (ICBA) -donde me atiendo- conseguí la donación de mil botellas para sacar el primer “Latidos” un Merlot de Río Negro de Bodegas Aniello”.

Así empezó la historia de Latidos Wines, a puro corazón. Vendía vinos y quienes compraban se anotaban como donantes de órganos: “El vino es la excusa, el compartir, el amiguismo, el encuentro; pero acá lo importante es otra cosa: que la gente done los órganos, y ahí pasamos de tener 100 seguidores a 3500 de un día para el otro, entrevistando a Juanchi Baleirón de Los Pericos, a muchos jugadores de fútbol y a todos la misma pregunta: “¿donás los órganos?” Ahí nace o estalla Latidos Wines y…

Surgen las etiquetas…

¿Qué nombre se le pone a cada variedad para que haga sistema con el sentido de la marca y sus valores? Por esas cosas de la vida, de los vinos y los corazones, conoció a un cardiólogo residente en Canadá llamado Adrián Baranchuk (no lector, no lectora Baranchuk no es como González, nada es casualidad) quien le propuso que las etiquetas refirieran a temas del corazón fue mi hermano.

Así,  en conjunto,  nace: QT Malbec. Para quienes no lo saben QT es el intervalo de tiempo que mide el electrocardiograma, el tiempo que tarda el corazón en contraerse y llenarse de sangre antes de volver a latir.

Luego, nace un segundo Latidos de la dupla Diego-Adrián,  el P-Wave Cabernet Sauvignon, que refiere a la onda radioeléctrica del electrocardiograma (ese no se lo pierdan es hermoso al paladar).

Por último, esta interesante dupla de sommelier cardíaco y afamado cardiólogo sacó hace menos tiempo un Torrontés para tomar bien helado: Cuore Argento, en honor al otro lado del corazón y posiblemente bajo la influencia de la pasión futbolera y la cercanía  del mundial.

Cuore Argento es ideal para ahora que comenzó el calorcito. Diego recomienda guardarlo en la heladera y enfriarlo en el freezer media hora antes de beber. Una gloria, se los juro, con unos quesitos fuertes, un toque de dulce de naranja con pimienta y un mix de frutos secos con pasas, es alto brunch (tengamos presente que no todos los partidos mundialistas son a las siete de la mañana). Latidos Wines tiene otras variedades que corresponden sólo a Laneve: Cicatrices, un Bonarda que nos recuerda el paso por la vida; Linda, un blend de criollas que acompaña la concientización acerca  del cáncer de mama y Donante, un blend de tintos, cuyo título no requiere mayor explicación.

Pero volvamos a la crónica futbolera que abrió el Cuore Argento, y más en estos días mundialistas. Es que estando en este hermoso local que recomiendo fervorosamente visitar, la referencia al fútbol es inevitable. Latidos Vinoteca se presenta como futbolera: está decorada con bufandas y camisetas de todo el mundo y de todos los equipos, “de todo el mundo menos de Argentina para no perder clientela”. Por supuesto, hay vinos de otras exquisitas bodegas que llenan las paredes, pero Latidos Wines es la estrella insustituible y nos late centrarnos en ella.

Todos los jueves a las 19.30 horas, Latidos Vinoteca se engalana y realiza catas con distintas bodegas (con unas picadas increíbles, a la foto me remito). Son para no más de diez personas, así que hay que reservar lugar con anticipación.

Como si todo lo dicho hasta aquí fuera poco,  también tienen un programa de radio que conduce Claudio González y se emite por la radio Web swingradio.com. Se llama Latidos radio (ahora está de vacaciones hasta marzo). La línea es un mechado temático: fútbol, vino, música y un reportaje extenso a algún cardiólogo reconocido, preferentemente  de América Latina. Claudio es parte del staff de Latidos Wines. No se dedica a la parte de los vinos “yo me ocupo de lo otro en las ferias y en la radio”, pero tampoco es médico. Es amigo de Diego y está ahí para él y la causa a la que le puso garra. Los latidos de la amistad que ayudan a vivir.

A la Vinoteca acuden clientes del barrio, pero también cardiólogos de distintas zonas e incluso extranjeros, ya que se supo labrar una buena fama en ese target.

Diego nos cuenta también que tienen presencia en los congresos internacionales de Cardiología gracias a la gestión del ya mencionado hermano mío, en su calidad de Presidente electo de la Sociedad Interamericana de Cardiología (SIAC).

Por ahora el tema de la exportación es amistosa: cada cardiólogo que viaja lleva una caja.

Toda esta movida, no sólo sirvió para hacer crecer Latidos Wine, sino también para el objetivo primigenio: que más gente se sume a la donación de órganos. Es urgente; los datos así lo demuestran: mientras en España hay un donante cada siete personas, en Argentina hay solo uno cada veinticinco. Si bien en nuestro país existe la Ley Justina (Ley 27447), la cual establece que todos somos donantes excepto que con anterioridad hayamos solicitado lo contrario, la implementación tiene fallas que, como suele suceder con todo cambio de paradigma, el tiempo irá corrigiendo.

En ese sentido, uno de los objetivos para el próximo año es concientizar sobre la importancia de donar órganos, en  colegios y clubes de fútbol.

Diego y Claudio resaltan el excelente trabajo del INCUCAI, señalando la seriedad con la  que trabajan y que desde su existencia se cuadruplicaron las donaciones.

Para ir cerrando la entrevista y deseosa de participar de la cata que ofrecía Bodega Las Hormigas (será tema de otra nota de Tomate) le preguntamos: ¿Qué imaginas, qué soñás, para Latidos Wine para el 2023-2024?

Seguir yendo a Ferias, un viaje acompañando algún congreso de cardiología a nivel mundial y a partir de ahí seguir creciendo y exportar Latidos Wine al mundo.

¿Y para la Vinoteca?

Para Latidos Vinoteca seguir creciendo y en el futuro abrir un wine-bar.

También quiso dejarnos otro mensaje del que nos hacemos eco: “Los órganos no van al  cielo. Dejálos en la tierra porque los necesitamos para seguir viviendo

Diego Lavene, el corazón de Latidos Wines, permanece en los listados del INCUCAI mientras aguarda uno que le permita seguir ofreciéndolo.

 

Latidos Vinoteca está en Triunvirato 5837 Tel: 1130494519 y en IG @latidoswines

Llamá para consultar los horarios y, muy importante, hacen envíos a domicilio.

También podría gustarte

Los comentarios están cerrados, pero trackbacks Y pingbacks están abiertos.