Un Torrontés con Sauvignon Blanc que es notable
Este año, en Argentina, el verano no quiere retirarse y por ello es que, para que queden en claro sus intenciones, arroja sobre las almas vivas temperaturas por encima de los 30 grados centígrados, que, para marzo, superan la marcas de por los menos los último 60 o 70 años, según quienes saben de meteorología y climas.
Muchos se quejan, claro que el patetismo mediático de la TV vernácula, para la cual todo es catástrofe aporta lo suyo; y ni que hablar de las empresas proveedoras de energía eléctrica que nos dejan sin luz ni ventiladores porque no quieren invertir, con la manifiesta complicidad de un Estado que por estas comarcas cada día luce más y más ausente, en manos de una politiquería profesional que se dedica a cuidar sus negocios.
Otros hacemos de tripas corazón a los malos tiempos, que no son por el calor, claro, sino por el rejunte entre empresarios y politiqueros; y nos refugiamos entre los mandamiento de Dionisio y de Baco, y por consiguiente decimos de vino seamos.
Y sí, hacer de tripas corazón, tal cual nos adelantara Sancho en el capítulo 47 de la segunda parte de El Quijote (1615): No lo niego, respondió Sancho, y por ahora denme un pedazo de pan y obra de cuatro libras de uvas, que en ellas no podrá venir veneno; porque, en efecto, no puedo pasar sin comer, y si es que hemos de estar prontos para estas batallas que nos amenazan, menes ter será estar bien mantenidos, porque tripas llevan corazón, que no corazón tripas.
Pero a lo nuestro. Hace calor, ya lo dijimos. Ideal para la frescura florida pero a la vez delicadamente rasposa de un Torrontés con un Sauvignon Blanc joven, del ’22, y sin madera.
Su etiqueta dice Chikiyam, que fue el nombre de un pueblo de la cultura huarpe del Cuyo, allá sobre la cordillera de los Andes.
Lo elabora la Bodega Genaro Cacace, de Rivadavia, provincia de Mendoza. Según ellos mismo cuentan en su sitio digital, trabajan en tres fincas y producen vino con distintas cepas: Malbec, Bonarda, Cabernet Sauvignon, Petit Verdot, Tannat, Moscatel, Viogner, Pedro Giménez, Torrontés y Sauvignon Blanc.
Pero nuestro tema de hoy es ese corte entre Torrontés y Sauvignon Blanc, aunque, antes de seguir, algo respecto de nuestro interés especial acerca del Torrontés: la variedad blanca emblemática de Argentina.
Nos cuenta un sitio oficial del gobierno argentino: En Argentina se reconocen tres variedades de Torrontés: Sanjuanino, Mendocino y Riojano. El Torrontés Riojano es una variedad de uva blanca aromática cultivada que produce un vino seco con un distintivo sabor a moscatel. Los otros dos tipos del Torrontés, Sanjuanino y Mendocino, son de menor calidad enológica.
El origen de los cultivares del Torrontés ha sido objeto de especulación porque los esfuerzos por relacionarlos con las variedades europeas han sido infructuosos. Mediante un estudio de ADN se logró caracterizar estos tres cultivares e intentar aclarar su origen. Se encontró que las tres variedades eran distintas. Los resultados indicaron, con un alto grado de probabilidad, que Torrontés Riojano y Torrontés Sanjuanino son cada uno la progenie de un cruce entre Muscat de Alejandría y Criolla Chica y que Torrontés Mendocino también es probable que sea progenie de Muscat de Alejandría, aunque el otro padre no ha sido identificado.
El Torrontés Riojano, calificado como el de mayor calidad enológica, es el que tiene mayor difusión en el encepado nacional, produce los mejores vinos regionales. Es óptimo para la elaboración de vinos aromáticos. Esta variedad se adapta muy bien a todas las zonas y es el más cultivado en el país (principalmente en la región noroeste).
Volvamos al tema. Si se tiene en cuenta la relación precio/calidad, el Torrontés-Sauvignon Blanc Chikiyam del ’22 es excelente, más que muy recomendable.
Y si nos sometemos a la jerga tan habitual en materia de crítica sobre vinos, en serio podríamos decir que tanto en nariz como en boca es redondo, es decir nos llena de sabor que perdura y de perfumes en cierto modo picante; también que tiene algo de lo frutal del Torrontés pero mucho del buen Sauvignon Blanc, en ese dejo de olor a queso de cabra y pis de gato.
Reiteramos, un vino notable y, si sirve mencionar precios en una economía desbaratada como la nuestra, podemos informarles que al día de esta escritura (9 de marzo de 2023) oscilaba entre los mil y los mil 500 pesos por botella.
¡Salud!
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