No es un caminante de Buenos Aires, es “El gourmet solitario” en Tokio

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Por cierto que no se trata de una novedad pero más que oportuno nos resulta evocarla. Recomendamos su lectura, incluso a quienes no son amantes del género. Una suerte de novela ilustrada de especial sensibilidad gastronómica y narrativa.

El Gourmet solitario es un manga de Jiro Taniguchi y Masayuki Kusum. Fue publicado por la editorial Fusōsha en 1997 y en castellano por Astiberri Ediciones, en 2010. Se lo puede comprar a través de la plataforma Mercado Libre, a un precio aproximado de 18.000 pesos (escrito esto el 30 de noviembre de 2023, y hacemos la aclaración de la fecha debido al desquicio inflacionario en que vive el país). En 2017, la plataforma Netflix produjo la serie El gourmet samurái, inspirada en el manga original.

Transcribimos aquí un comentario publicado hace ya algunos años por el sitio español Zona Negativa, especialista en comics, y otro texto sobre el género japonés manga, tomado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Escribió Zona Negativa.

El gourmet solitario tiene como protagonista a un joven comerciante residente en Tokio que, debido a la necesidad de visitar a diferentes clientes, se ve en la obligación de viajar frecuentemente por la capital nipona y sus inmediaciones. Como consecuencia de su ajetreado día a día, a duras penas logra mantener un horario razonable, de modo que aprovecha cualquier momento para saciar su apetito.

La hora de la comida (…) se convierte en una oportunidad perfecta, no solo para redescubrir lugares visitados con anterioridad, sino también para disfrutar con diferentes platos típicos de la cocina popular japonesa y analizar la clientela y el ambiente imperante en el local elegido para la ocasión. Una costumbre, casi elevada a la categoría de ritual, practicado por un personaje del que apenas conocemos detalles.

A través de 19 capítulos –tantos como recetas y emplazamientos en los que se desarrolla la acción–, los autores presentan relatos autónomos que, analizados de forma conjunta, se convierten en un pequeño esbozo de la personalidad del misterioso protagonista.

Un tipo afable, tranquilo, sosegado, reservado, educado, trabajador, en cierto modo nostálgico y, por encima de todo, de buen comer.

Evidentemente, el elemento gastronómico adquiere un gran peso en la obra, ya que Taniguchi y Masayuki se esmeran en plasmar una exhaustiva descripción gráfica y literaria de los platos ingeridos por los personajes, prestando la atención necesaria a sus ingredientes, sabores y texturas.

Pero esos mismos platos y menús no solo despiertan la curiosidad, el entusiasmo y el apetito del protagonista –y del lector–, sino que también se convierten en detonantes de recuerdos vividos y sensaciones experimentadas con anterioridad.

Además, los pequeños tiempos muertos –la búsqueda de un restaurante, el estudio de la carta, la espera para ser atendido y servido, y la propia degustación– terminan propiciando la observación del entorno, la reflexión acerca de la memoria, de los cambios en las zonas antaño conocidas, y la sorpresa por los lugares hasta entonces desconocidos; pero sobre todo, el estudio de los comensales y del entorno en el que se mueven, hasta el punto de que este ejercicio analítico termina por conformar un pequeño retrato de la sociedad y cultura japonesas, y de las costumbres, rasgos y características asociadas a cada estrato social.

Si damos por buena la tesis según la cual conociendo qué come cada individuo, dónde y en compañía de quién, es posible obtener bastante información.

En este manga se aprecia buena parte de los rasgos estilísticos y temáticos habituales en la obra de Taniguchi: por una parte, el historietista natural de Tottori (Tokio) hace gala de su ya tradicional línea clara, un trazo inmediatamente reconocible. Pero de la tradición del comic europeo heredó el apego a la realidad y al detalle.

Por otra parte, nos reencontramos con el punto evocador y contemplativo, con el sosiego, la calma, y la importancia de las emociones y los pequeños detalles; pero también con la melancolía, asumida desde una resignación aparentemente serena, desde la aceptación de la propia persona, de quién es y de cómo ha elegido vivir su vida, en la que está presente cierto disfrute de la soledad.

El gourmet solitario no solo ofrece numerosa información acerca de diferentes platos típicos japoneses, sino que también posibilita al lector recorrer diferentes barrios de los distritos de Tokio, y alrededores de la ciudad nipona.

Tal vez se le puede achacar a este manga lo repetitiva que resulta su estructura –una realidad innegable–, o que apenas se ofrezcan detalles relativos a la vida del protagonista, más allá de alguna que otra sugerencia puntual y de una secuencia que, en forma de flashback, amenaza con convertirse en una concesión innecesaria a clichés dramáticos reiterados hasta la saciedad. Pero ninguna de estas circunstancias llega a resultar molesta ni  menoscabe el valor de esta apetitosa –nunca mejor dicho– lectura.

Precisamente, el que Taniguchi y Masayuki obvien un esquema narrativo de presentación-nudo-desenlace, para decantarse por pequeñas piezas, por “momentos gastronómicos” en la vida de este joven comerciante, hacen de ésta una lectura diferente, invitan a imaginar su existencia antes y después de los episodios contenidos.

En El gourmet solitario no existe una trama guiada, ni un principio y un final ajustado a esquemas narrativos habituales en obras de ficción; la vida sigue, y -evidentemente- la vida existía de forma previa a estos relatos. Pero en lugar de explicitarla, los autores prefieren acotar su campo de acción, dejar buena parte del trabajo a la imaginación del lector, y centrarse en instantes que no solo demuestran la riqueza gastronómica nipona y el buen apetito del protagonista, sino que también permiten que nos hagamos una ligera idea de cómo es la gente que habita determinados barrios japoneses y cómo se estructura la sociedad del País del Sol Naciente.

Ahora el texto prometido de la UNAM.

El manga es uno de los símbolos nacionales más importantes de Japón, el cual es enormemente reconocido y amado a nivel internacional. Es una popular manera de mostrar el arte de los autores, presentado a través de libros tipo cómic, en donde se cuentan historias ilustradas y narradas de una manera única. Podríamos pensar que este tipo de relatos tienen un corto periodo de historia, pero es todo lo contrario.

Hokusai Katsushika es el creador del término, el cual es una combinación de la palabra “informal” (漫) man y “dibujo” (画) ga; al juntar ambos kanjis la traducción literal es “dibujos informales”. Fernández (2021) esclarece que, dentro del mundo occidental, la palabra se utiliza para referirse de una manera muy específica al estilo japonés de ilustración e historietas concretamente japonesas.

Las ilustraciones conocidas como “Pergaminos de animales y humanos jugueteando” (Chōjū jinbutsu giga), creados a mediados del siglo XII y a principios del siglo XIII, son considerados como la fundación o los primeros mangas japoneses de la historia. Actualmente, los pergaminos son propiedad del templo Kosanji en Kioto y su creación es atribuida a un sacerdote budista llamado Toba Sojo; estos muestran escenas de monos bañándose en un río, ranas y conejos luchando, además de otras protagonizadas por animales comportándose como humanos.

Damos un salto gigantesco de la historia al año 1902 cuando se publica el primer trabajo oficialmente considerado como manga, el cual fue creado por el autor Kitazawa Rakuten, Tagosaku y Mokube visitan Tokio (田吾作と杢兵衛の東京見物), es un manga en donde se narra la historia de dos rústicos que, al desconocer la vida urbana moderna, actúan de modo chocante y cómico. El diferenciador de este autor es el diseño de cuatro viñetas por página, textos mecanografiados, caricaturas feroces y ser el fundador de la revista Tokyo Puck.

Durante los años cuarenta del siglo pasado, el manga era utilizado como un medio de propaganda del gobierno japonés, incluso se llegó a prohibir el género bélico cuando los estadounidenses ocuparon Japón en 1945, con el fin de censurar cualquier material que glorificara la guerra y el militarismo japonés (este hecho es muy importante para el desarrollo posterior del manga). Después de la segunda guerra mundial, la popularidad del manga se incrementó gracias a la influencia que tenían los cómics estadounidenses en el país; a lo largo de esas épocas, fue un medio de escape para la población, ya que les ayudaba a enfrentar las dificultades que conlleva la recuperación de una nación posterior a una guerra.

Jito Taniguchi

Osamu Tezuka es referido como el dios del manga y también como el padrino del anime, pues es reconocido como el pionero en el desarrollo de los cómics y la animación. Tezuka creó un asombroso manga de 150. 000 páginas, 6 películas animadas y series, además de unos personajes icónicos como Kimba el león blanco y Astroboy, este último es uno de los primeros mangas en ser reconocidos a nivel internacional.

Hasta este momento, se han mencionado los momentos clave de la historia del manga para llegar a lo que son actualmente, es esencial mostrarte cuales han sido los más icónicos, de los cuales es muy probable que reconozcas varios. Anteriormente mencionado, Astroboy es un símbolo representativo del manga, publicado entre 1952 y 1968; One piece, su primer volumen fue publicado en 1997. Continuando con la lista, Golgo 13 es el segundo manga más vendido en toda la historia, además de ser el más antiguo en continuar publicándose, con su primera edición en 1968; Dragon Ball (1984-1995), Naruto (1997), Black Jack (1970), Kochikame (1976-2016), Oishinbo (1986-2008), Doraemon (1969-1996), entre muchos otros más.

Hoy en día, el manga es una industria con gran crecimiento, ya que la creación de series adaptadas al anime, películas y videojuegos son consumidas en todo el mundo. Simplemente en Japón, el 60% de los japoneses leen como mínimo un manga por semana, en Francia, según la editorial Glénat, los mangas representan el 40% de las ventas de cómics.

Autora:  Sarahí Sánchez, estudiante del Programa Universitario
de Estudios sobre Asia y África (UNAM).

Referencias

Admin, J. A. (2023, 30 enero). The History of Manga and its Origins. Japan Avenue. En línea

Anadón, C. P. (2014, 13 junio). El primer mangaka profesional: la figura olvidada de Rakuten Kitazawa. Revista Ecos de Asia. En línea 

Delgado, M. (2021, 12 julio). Golgo 13 consigue el récord Guinness al manga con más volúmenes publicados. Hobbyconsolas. En línea

Fernández, M. (2021, 6 mayo). Historia del manga: origen, tipos, autores, mangas más famosos. SuperAficionados. En línea

  1. (2022b, octubre 5). Choju-giga, ¿El primer manga japonés? Japonerías. En línea

Manga: a brief history in 12 works. (s. f.). The British Museum. En línea

The Art Historical Precedents of Modern Japanese Comics, Part 1 of 5: Giga | Honolulu Museum of Art. (s. f.). En línea

The Osamu Tezuka Story: A Life in Manga and Anime. (2020, 28 abril). Association for Asian Studies. En línea

Widewalls Editorial. (s. f.). A Short History of Manga | Widewalls.

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