Viaje a la agricultura

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Kinto Lucas, de su libro Mi viaje a Itaca

Melchor el Mago también venía de muy lejos, como sus amigos Gaspar y Baltazar. Por ahí cerquita de dónde aparecieron los magos reyes, pero mucho, muchísimo antes, el ser humano realizó una de sus mayores creaciones cuando viajó a la semilla para domesticarla y surgió la agricultura. No fue magia de reyes magos.

Hace unos 10 mil 500 años, en el territorio de los que hoy es Irak, el ser humano se fue a volver de la semilla de trigo y surgieron las plantaciones de trigo. Luego en Asia el ser humano decidió irse a volver de la semilla de arroz y surgieron las plantaciones de arroz. En América el ser humano decidió irse a volver de la semilla de maíz y surgieron las plantaciones de maíz.

Hasta ahí, durante casi cuatro millones de años la humanidad se había alimentado con la caza y la pesca, yendo de un lugar a otro, completando su alimentación con la recolección de algunas plantas silvestres. Pero de un momento a otro en diversas regiones a alguien se le ocurrió plantar las semillas, regarlas, esperar que crezcan y recolectar la planta.

En el Valle de Tehuacán, en Puebla fueron encontradas las muestras más antiguas de maíz cultivado. Variedad de especies que tienen más de siete mil años. Los aztecas creían que la humanidad fue creada cinco veces. En la quinta generación los seres humanos domesticaron el maíz y, por lo tanto, fue su principal alimento y sus descendientes poblaron el mundo. Cuentan que hace miles de años antes de la llegada de Quetzalcóatl, los aztecas sólo comían los animales que cazaban y algunas plantas. Pero la población empezó a crecer y el alimento a faltar.

Ellos sabían que había un grano sabio escondido en las montañas, en un lugar al cual no podían acceder. Pidieron así a los dioses que intentaran separar las montañas para poder llegar, pero estos no pudieron.

Decepcionados, decidieron pedirle al nuevo dios Quetzalcóatl que les trajera el ansiado grano. Este en lugar de intentar separar las montañas, preguntó a una hormiga roja en qué lugar exacto estaba el maíz. Luego de negarse algunas veces, ésta decidió enseñarle el lugar escondido en las montañas. Para acompañarla Quetzalcóatl se transformó en una hormiga negra y así, las dos hormiguitas, venciendo mil dificultades, finalmente llegaron al lugar. Quetzalcóatl tomó un grano maduro entre sus mandíbulas y emprendió el regreso hacia la aldea. Al llegar, entregó el grano de maíz a los aztecas, quienes plantaron la semilla y obtuvieron la primera planta. Desde aquel momento, veneraron a Quetzalcóatl, que les llevó el maíz.

Desde entonces sembraron y cosecharon miles y miles de veces, y surgieron muchas variedades, y el maíz fue alimento e identidad de los pueblos de lo que hoy es México. Pero ya en nuestros días apareció un nuevo dios, el dios del Libre Comercio, conocido por esas tierras como TLCAN, que arrebató a los mexicanos el grano sabio. Así, México fue invadido por un maíz extraño llamado transgénico llegado desde el país del norte.

Los mayas, en cambio, dicen que hubo varios intentos de los dioses para crear los seres humanos. Primero fueron de barro, después de madera y finalmente de maíz blanco y amarillo. Los mayas son hijos del maíz.

Los Incas también tienen un mito para explicar el origen del maíz. El Dios Sol, el Inti, envió a su hijo Manco Capac y a su hija Mama Ocllo para que enseñaran a los seres humanos el arte de la agricultura. En el Valle del Cuzco crecieron las primeras plantas de maíz.

En China hay varios mitos sobre el origen del arroz. Se dice que la población pasaba una gran hambruna. Entonces la diosa Guan Yin tuvo piedad de la gente y decidió exprimir sus senos para darle su leche de alimento. Pero la leche primero flotó en el aire, entró en las semillas vacías de arroz y surgieron los granos de arroz. En Indonesia se dice que la diosa que protegía al pueblo del hambre fue asesinada y quemada. Cuando su cuerpo se estaba quemando brotó el arroz de sus ojos y las plantas de sus senos. En Vietnam cantadores y poetas le escribieron y cantaron al arroz.

El revolucionario vietnamita Ho Chi Minh en sus poemas y escritos de la cárcel recordó la importancia del arroz, como alimento y parte fundamental de la cultura de su pueblo. Su palabra sabia se hizo poesía: “Solo una taza de arroz para cada comida / Día y noche llora de hambre el estómago / Tres yuanes de arroz blanco no alcanzan para nada / La leña se vende como si fuera canela / y el arroz como si fuera perlas. / Cuando llegué, los arrozales estaban verdes / Ahora es ya el otoño y casi ha terminado la cosecha / En todas partes resplandecen la caras, / las sonrisas de los campesinos / Y se oyen canciones y risas / A través de los campos de arroz. / Cuánto debe sufrir el arroz bajo el triturador / Pero después de molido es blanco como el algodón / A menudo le sucede lo mismo a los hombres de este mundo / El aprendizaje de la desgracia los convierte en jade pulido”.

La canción siembra

Muchas canciones, poesías y pinturas se hicieron a la siembra en el mundo. Luego fueron siembra y cosecha en los caminos. Ahora podemos recordar la voz siempre viva de Mercedes Sosa cantándole a la siembra general de la América Latina, junto con el dúo brasileño Kleiton y Kledir: “mi guitarra es el arado que siembre en la oscuridad”.

En la zarzuela La Rosa del Azafrán, de Federico Romero Sarachaga y Guillermo Fernández-Shaw Iturralde, basada en El perro del hortelano de Lope de Vega, podemos escuchar la Canción del Sembrador que dice: “Cuando siembro voy cantando, porque pienso que al cantar, con el trigo voy sembrando mis amores al azar”.

En Escocia, en cambio, dicen que cierta vez durante una discusión el escritor Robert Louis Stevenson dijo: “No juzgues el día por la cosecha que has recogido, sino por las semillas que has plantado”. Nietzsche, por su parte: “Todo el que disfruta cree que lo que importa del árbol es el fruto, cuando en realidad es la semilla”.

Pero ahora podemos ir a la provincia de Jujuy en Argentina. Así, regresamos al maíz y a la realidad de los campesinos que plantan el maíz, o maís como dicen los protagonistas de La última siembra, una película del cineasta argentino Miguel Pereira que muestra la dura vida del labrador. Una historia de hoy y de siempre. De Chauki, el labrador de Jujuy en esa película, podemos caminar hacia a España, a la poesía de Miguel Hernández, a escuchar El niño yuntero en la voz de Paco Valladares.

Pero ¿qué sería de la semilla sin la tierra? ¿Qué sería de los campesinos, sin tierra donde plantar? Ahora, en busca de respuestas, o de más preguntas, podríamos escuchar a la cantante colombiana Marta Gómez interpretar Tierra, tan solo, basada en un poema de Federico García Lorca. ¿Qué sería de la semilla y de la tierra y de los campesinos sin el agua? La guerra por el agua es permanente. Su propiedad es y será poder.

Planeta Agua, dice el cantautor brasileño Guilherme Arantes y canta: Água que nasce na fonte serena do mundo / E que abre um profundo grotão / Água que faz inocente riacho / E deságua na corrente do ribeirão / Águas escuras dos ríos / Que levam a fertilidade ao sertão / Águas que banham aldeias / E matam a sede da população / Águas que caem das pedras / No véu das cascatas, ronco de trovão / E depois dormem tranquilas / No leito dos lagos / Água dos igarapés / Onde Iara, a mãe d’água / É misteriosa canção / Água que o sol evapora / Pro céu vai embora / Virar nuvens de algodão / Gotas de água da chuva / Alegre arco-íris sobre a plantação / Gotas de água da chuva / Tão tristes, são lágrimas na inundação / Águas que movem moinhos / São as mesmas águas que encharcam o chão / E sempre voltam humildes / Pro fundo da terra / Terra! Planeta Água.

Hoy, la semilla, el agua, la tierra y el labrador corren peligro en el mundo. Se está substituyendo el sabio saber ancestral por el interesado saber de las multinacionales transgénicas. Se está llevando a que un par de grandes grupos transnacionales ejerzan el poder sobre la vida del mundo, el control sobre la semilla y sobre los alimentos. Esos grupos se están apropiando de las semillas. Sus pesticidas crean dependencia. Los campesinos quedan a un lado.

Cinco empresas controlan la producción y comercio de las semillas y los paquetes químicos. Roundop o Glifosato es uno de los principales químicos de la dependencia. La banda colombiano-argentina Che Sudaka hizo una canción que describe el significado del glifosato: cuatro años tu campo te va a durar, / poco a poco un desierto habrá en su lugar. / Glifosato, matando la tierra / todas las especies que solían crecer ya no volverán / mientras tanto, las multinacionales / a costa de la vida de millones sus bolsillos llenarán”.

Vamos y Venimos de la cosecha. Vamos y venimos de la semilla. Del maíz, al arroz. Del arroz al trigo. Del trigo al maíz. De la semilla a la semilla. De la siembra a la palabra. De la palabra a la cosecha. La palabra siembra en el campo y la ciudad.

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