El mero mero, con una ensaladilla fresca

Y no se trata del mismísimo, o el mejor en mexicano. No. Se trata de esas hermosas bestezuelas que en las costas argentinas del Atlántico aparecen durante todo el año, aunque la vera temporada sea durante los meses de verano.

El mero es un pez de cuerpo robusto y redondeado, con una cabeza grande y mandíbulas fuertes que le permiten alimentarse de presas grandes. Su coloración es variable, aunque generalmente presenta tonalidades marrones o verdosas, con manchas o rayas más oscuras en su cuerpo.

Se lo captura en zonas rocosas y arrecifes cercanos a la costa. Algunas de las zonas más populares para su pesca en Argentina son la costa de la provincia de Buenos Aires, la costa atlántica de Chubut, y la costa de Tierra del Fuego.

Pero ahora, nuestros filetes de mero rebozados en harina de garbanzos y huevo, con una versión cocoliche del tabule, esa delicia del comer del Mediterráneo oriental.

Necesitamos…

Medio kilo de filetes de mero; harina de garbanzos; dos huevos; un algo de sal, pimienta molida y ajo y perejil bien picados; aceite de girasol.

También tres tomates perita maduros, una pepino, una cebolla, medio ají morrón rojo y otra mitad verde, media cebolla, una pizca de ajo picado y un manojo de perejil también picado; sal y pimienta negra molida, una pizca de pimentón y otra de comino; aceite de oliva y jugo de limón.

Entonces, muy sencillo…

A calentar abundante aceite de girasol en una sartén más o menos profunda. Salpimentamos los filetes y los pasamos por harina; luego los sumergimos en el batido de huevo con ajo y perejil picados y a freírlos en el aceite que tiene que estar que pela…

Antes, todos los vegetales lo mas finamente picados y mezclados con las especias, el aceite de oliva, el juego de limón, y la sal y la pimienta, hasta que luzca como reina nuestra ensaladilla más fresca.

A las fuentes, a los platos y a disfrutar…¿Vino? Sí. ¿Cuál? El que gustéis y podáis comprar.