¿Y si a la provoleta la hacemos frita, al estilo griego?
Es cierto que esa variedad quesera tan argentina reina siempre sobre las parrillas y cuanto mucho puede aceptar ciertos deslices de esa soberanía cuando de planchas bien calientes se trata; pero son casos excepcionales.
Por qué no ampliarle el horizonte, inspirados en un bocadillo de origen griego que se llama saganaki y consiste en feta (de cabra) frito.
Entonces para una ración que bien puede ser aperitivo, antes del arribo de los primeros chorizos, las primeras morcillas y si la billetera da, en estos tiempos de pesadilla que vive la Argentina, las primeras mollejas crocantes solicitando sal y limón; aquí con ustedes el desarrollo de nuestra propuesta.
Para el Código Alimentario local, la provoleta es el Queso Provolone Hilado Argentino. Es de origen italiano, de leche de vaca, hilado y semiduro. Se produce aquí desde la pasada década de los ’40.
Entonces…Una provoleta, cortada en un cuatro triángulos; un huevo batido, algunas cucharadas de harina y otras de pan rallado…
La pasamos primero por la harina, luego por el huevo y por último por el pan rallado; y la freímos en triángulos en aceite de girasol bien caliente…
Antes…si se animan y cuentan con una licuadora (de mano mejor), con dos huevos, abundante aceite (de oliva mejor) y una cucharada pequeña de vinagre y otra de mostaza de Dijon, elaboren una mayonesa casera; para ligarla con un puñado de pistachos triturados y dos filetes de anchoas en aceite pisados…Y si no, recurran a una mayonesa comprada – las hay buenas-, para combinarla con los mismos elementos.
Aderezar entonces los triángulos de provoleta frita con esa salsa…Tened pan y vino cerca…¡Salud!
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