Periodistas entre sonetos y tartas de ananá
Mariana Baranchuk
Como todos los años, la Noche Buena y el Año nuevo llegan y pasan, hasta pronto volver, que como indican los calendarios, ello sucederá a los doce meses. Días que fueron y son para que cada quien, en público o en privado, acometan con balances colectivos y personales. O descansen, jueguen o cocinen, y, por qué no, también se dediquen a dar recetas a través de las redes sociales.
Algo de todo eso hacen las personas y también las y los periodistas, que de personas un tanto conservamos.
Y así jugando y navegando, me topé con esta receta de la periodista Alicia Vicchio, quien aquí nos deleita con una tarta de ananá que te provoca juegos en la boca.
Tarta de Ananá a la Vicchio
Ingredientes
2 latas de ananá
1/2 litro de crema de leche
1 sobre de gelatina de ananá (o del gusto a elección)
2 paquetes de vainillas
Preparación
Sacar de la lata las rodajas de ananá y reservarlas
Escurrir el jugo en un bol o fuente
Reservar media taza de jugo para otro paso
Mojar las vainillas en el líquido, si se desea agregar bebida alcohólica (agregarle, acoto yo)
Colocar las vainillas mojadas en un molde desmontable, ya enmantecado
Llevar a la heladera
Guardar cuatro rodajas de ananá para decorar
El resto llevar a una licuadora y triturar
Poner a hervir el jugo reservado
Agregar la gelatina y mezclar
Apartar del fuego y dejar que se entibie
Licuar o procesar las rodajas de ananá trituradas, junto con la crema y la gelatina tibia Verter sobre la base de vainillas
Llevar a la heladera y dejar por 24 horas.
Desmoldar
Decorar con las rodajas que se habían reservado.
Dejar en la heladera hasta cinco minutos antes de servir
¡Quiero probar! (pienso) y pido el envío de un pekele bajo la promesa de publicar la receta en Tomate. Salta ahí otro periodista, poeta, cantor y amigo el Turco Tangir y me dice no vale, no vale… El pekele es con las sobras y Alis aún no lo cocinó, y redobla la apuesta dedicándole unos versos a la receta y aquí va el texto de Don Osvaldo Tangir…
¡Oh la la, Alis!
Perdido en este manglar
en la región turcotropical
donde las corrientes van
y mezclan el agua dulce y la sal
de un río marrón y la misma mar
el acaso me deja en su lar
de cara frente al ventanal
tras el que veo el manjar
que despierta mi hambre ancestral
y por un rato hace olvidar
el té con leche y el pan
de ayer, de cada despertar.
Luego de contemplar
con una angurria sin par
intentaré replicar
su famosa tarta de ananá
Quiero nomás lastrar
mi porción de Tarta de Ananá
a cuenta le dejo este gaucho rap
mientras visto el delantal
y voy a experimentar
con crema, vainillas y felicidad.
Déjenla, déjenla cocinar!
es la Madonna del buen «manyar»,
Siempre lista para rescatar
por obra y gracia del paladar
a los perdidos en el manglar
de la región turcotropical
Es la Vikio. Déjenla, déjenla
periodista hasta para cocinar
Y si de fiestas de diciembre estábamos, de alguito a cocinas se trató, repitiendo los rituales con las esperanzas renovadas, con los deseos en la yema de los dedos, con los brindis hacia el cielo esperando que por fin sea para todos y todas el banquete.
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