Una parmesana heterodoxa
Berenjenas sí, 4 Unidades. Huevo, la verdad que no. Queso parmesano, sin dudarlo, y mozzarella también. Salsa de tomate, esta vez no, ni albahaca; tampoco harina ni orégano: por supuesto que sal, poca, y pimienta también.
A ver. Entendemos por ortodoxia a toda conformidad con los principios de una doctrina o con las normas o prácticas tradicionales, aceptadas por la mayoría como las más adecuadas; y por extensión a ciertas formas de elaborar un plato tal cual lo indican las tradiciones, digamos que de sus orígenes.
Entonces, al proclamar que nuestra parmesana es heterodoxa nos acogemos a la trinidad que encierra la traditio, que es entrega, traducción y traición, pero en forma especial a la tercera de las acepciones, porque con nuestra heterodoxia traicionaremos toda ortodoxia.
Un poco de paciencia que ya nos explicamos.
Para dos comensales requerimos
- Tres berenjenas medianas
- Unos 150 gramos de tomates cherry y un diente de ajo
- 250 gramos de mozzarella, de las buenas pero que se utilizan para la pizza; y 100 de queso parmesano
- 100 gramos de longaniza fresca, del tipo calabresa
- 50 gramos de aceituna negras sin sus carozos o huesillos
- Un manojo de perejil fresco picado
- Sal y pimienta negra
- Aceite de oliva
Entonces, manos a la obra
- Corten las berenjenas en tajadas ni muy finas ni muy gruesas, a lo largo; y acomodenlás salpimentadas y con un poco de aceite de oliva sobre una asadera o placa para el horno. Éste, a temperatura media.
- Cuando estén casi que listas, las retiran y con la mitad de ellas dibujan un primer piso en otra fuente para hornear.
- Entonces, cubran ese pisito de berenjenas que no puso Maple, como en el tango A media luz, con los tomates cherry cortados por mitades y salteados en aceite de oliva y con ajo. Sal y pimienta.
- Sobre ellos, bastante de la longaniza en rodajas muy finas, como así también las olivas negras fileteadas.
- Ahora sí, otro pisito de berenjenas más todas sus compañías antes descriptas, abundante mozzarella trozada en pequeño y el parmesano rallado, pimienta y un algo de aceite de oliva.
- La fuente al horno mediano hasta que los quesos gratinen y un par de minutos antes de retirarla, que una fina lluvia de perejil picado y un tantillo más de aceite de oliva la coronen.
A la mesa entonces, con rodajas de buen pan y copas de gran tinto; y si les place, entonando algunos versos de aquél tango: Corrientes 3, 4, 8, segundo piso, ascensor. No hay porteros ni vecinos. Adentro, cocktail y amor. Pisito que puso Maple: piano, estera y velador, un telefón que contesta, una victrola que llora viejos tangos de mi flor, y un gato de porcelana pa’ que no maulle al amor…
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