Éramos pocos y parieron los japoneses: la moda del sushiterrorismo
La pulsión exhibicionista que promueven las dizque redes sociales nos muestra en Japón de lo que pueden ser capaces ciertos idiotas. Presentamos un texto recientemente publicado por la revista italiana Gambero Rosso.
En Japón se han dado varios casos de un fenómeno que tomó el nombre de terrorismo del sushi, afectando especialmente a los restaurantes kaiten , aquellos que cuentan con una cinta transportadora sobre la que se colocan los platos. Algunos jóvenes han filmado videos de ellos lamiendo y manipulando la comida o la vajilla del local y luego los cuelgan en las redes sociales, una tendencia que ha crecido y obligó a las autoridades a intervenir y realizar varias detenciones. No es el primer caso de contaminación de alimentos, un fenómeno que en sus versiones más graves se ha cobrado varias víctimas en todo el mundo en los últimos años.
El término terrorismo del sushi apareció en Twitter después de que se compartiera un video que mostraba a un niño en un restaurante japonés lamiendo botellas de salsa de soya y el interior de algunas tazas, antes de deslizar su dedo cubierto de saliva sobre un trozo de pescado que pasaba por la cinta transportadora. Desde entonces han aparecido otros vídeos similares en las redes sociales, entre ellos uno en el que una persona tiraba trozos de wasabi sobre los pedidos que pasaban por la cinta transportadora, u otro en el que un chico robaba los pedidos de otras personas.
Luego de que se arraigara el fenómeno, la policía japonesa intervino realizando varios arrestos: los primeros en ser arrestados fueron tres muchachos de entre 21 y 15 años acusados de obstrucción forzada de la actividad comercial. Incluso los restauradores han comenzado a tomar medidas para frenar el fenómeno: algunos establecimientos -como Choshimaru, una cadena en el área de Tokio- han anunciado la suspensión de sus cintas transportadoras, mientras que otros han estudiado soluciones alternativas como el uso de carriles rápidos para evitar otros clientes interactúen con la comida. Otros, como Kura Sushi, optaron por comenzar a usar cámaras con inteligencia artificial para monitorear las mesas, a pesar de que este tipo de solución ha encontrado algunas quejas de los clientes sobre las protecciones de privacidad.
Aunque en los últimos tiempos se ha extendido especialmente en Japón, el terrorismo del sushi o más en general la contaminación de los alimentos por parte de los clientes atacadores no es un fenómeno nuevo. En septiembre de 2018, el gobierno australiano inició una investigación oficial después de que se encontraran agujas de coser dentro de fresas en todo el país y una persona fuera llevada al hospital por tragarse una. También en 2018 se registraron varios casos en Alemania: en enero, en la ciudad de Offenburg se encontraron clavos de metal insertados en varios alimentos en una tienda de comestibles, mientras que unos meses antes se encontraron alimentos para bebés envenenados con etilenglicol, un compuesto dulce utilizado en anticongelante, que puede causar insuficiencia renal e incluso la muerte.
Un hombre de 55 años amenazó con envenenar otros alimentos en los supermercados alemanes si no recibía 10 millones de euros y luego fue arrestado. En 2016, más de 30 personas en la provincia paquistaní de Punjab murieron después de comer dulces envenenados por el hermano del dueño de la pastelería, quien admitió que mezcló un poderoso pesticida en los dulces después de una disputa familiar.
Yendo más atrás en el tiempo, es famoso un caso ocurrido en Italia: en los primeros años del nuevo milenio, varias botellas de agua en los supermercados se contaminaron con lejía y acetona, causando problemas de salud a más de una docena de personas.
Finalmente, un caso particularmente sonado se remonta a 1982, en Estados Unidos, cuando siete personas en la ciudad de Chicago murieron tras ingerir analgésicos Tylenol que habían sido mezclados con cianuro de potasio. Un caso sin resolver que llevó a las empresas farmacéuticas a desarrollar envases a prueba de manipulaciones.
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