Los Cocineros Argentinos se despidieron porque el lunático los echó

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Durante 15 años y con notable éxito de audiencia, el programa Cocineros Argentinos supo animar la pantalla de la TV Pública.

Pero un día, un país que se transformó en pesadilla llevó a la Casa Rosada a un charlatán de la televisión basura, a un farsante de toda laya y desquiciado, quien junto a una gavilla de aventureros dispuso el programa de empobrecimiento sistemático de las grandes mayorías más brutal del que se tenga memoria, eso que la derecha llama ajuste y no es otra cosas que una gigantesca transferencia de recursos de producción social a las arcas de las clases ricas y concentradas: la vuelta al programa de la última dictadura cívico-militar y genocida pero más brutal y “elegido” por una mayoría de votantes.

Para esa casta de predadores seriales la comunicación y la cultura son poco menos que deshechos, para ellos todo se reduce a los basurales de la mentira sistémica y el mercado, proponiendo un modelo de país que ni por derecha ni izquierda existe en lugar alguno del planeta: se trata de una Argentina sicopatológica que opta por su autodisolución.

Entonces le llegó el turno del ajuste a la TV Pública, y así borraron de un plumazo un programa que con sus más y sus menos ponía en pantalla prácticas, tendencias y saberes de la cocina de los argentinos de todo los días.

Nunca compartimos algunos de sus criterios televisivos ni ciertos planteos ideológicos en torno a la coquinaria y a sus animadores por estas tierras, pero en general se apartó de la frivolidad esnob que afecta a la comunicación gastronómica. Fue entonces un programa que mereció estar en la grilla de la TV del conjunto de la sociedad.

Y merece volver a alaguna señal. Tomate saluda y se solidariza con los hacedores de Cocineros Argentinos y espera volver a verlos lo antes posible.

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