Qué lío con aquello de los chotos a la parrilla

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¡Qué ricos! Sobre la Banda Oriental del Plata. Recuerdos de un parrillón en Montevideo, con pamplona y chorizos, después de unas tortas fritas (las uruguayas la mejores, sí señores, señoras, señoritos y señoritas…).

Chotos: Se trata más precisamente de una trenza que se hace con las partes intimas del cordero, enrollando con los chinchulines (intestino delgado) y alrededor de la tripa gorda (intestino grueso).

Así dice aquella página internetera que explica todo como en botica, con la biblia junto al calefón, pero si se andan con cuidado y desconfianza pueden ustedes embocarla.

Y sí, de entripado de maravilloso sabor se trata, bien a la uruguaya, estilo ese que nunca se sabrá bien por qué es el del mejor asador de entre pampas y cuchillas.

Además, y eso fue lo divertido hace ya unos años, aquella noche en la que parece mentira las cosas que veo…por las calles de Montevideo, cuando un escriba de diarios y otros de viejas agencias de noticias, ellos y ellas todos y ninguno con antecedentes de localía, se sentaron al mesón de una parrilla, ya medio entusiasmados por los aperitivos del medio y medio – otra maravilleja yorugua – y el mozo del establecimiento con toda presteza y bonohía les ofreció…¿unos chotos bien a punto para comenzar…?

Las jetas de los comensales de paso no fueron de buenas migas, más vale de casuales cuchilleros, pero uno de ellos más avispado que sus cófrades irrumpió con una carcajada y gritó, calma, calma que se trata de deliciosas trampas de las lenguas y sus territorios del habla

Es que ofrecer chotos a quienes no pertenecen a la banda semántica de los Orientales es como sugerirle pingas a la parrilla a los cubanos, pollas a los ibéricos o chotos o pijas a los de la banda de los Occidentales del Plata, desde sus orillas hasta los confines de la Cordillera.

Aclarados los tantos que siga el truco o truque de los españoles, pero con señas y todo; pues de magnánima ricura resultan los chotos uruguayos bien asados, con un algo de chimichurri o tan sólo con unas breves salpicaduras de jugo de limón…Si con papas fritas pasada por ajo y perejil, que a la provenzal le dicen, pan… y la bota, tubo, damajuana, garrafa o redoma de tinto a mano; cual fuere que, como siempre decimos, porque es principio tomatero, el de esa mesa, ese que tenés o pudiste conseguir, será el mejor del mundo mundial…¡Salud!

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