La señora de los atoles…Las antiguas comidas callejeras

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Publicamos un texto más que interesante que difundiera en redes el sitio Arqueomayagt acerca de legendarias modalidades de antigua restauración en la cultura maya.

Este pequeño pero fascinante fragmento de pintura mural nos muestra una escena que probablemente fue bastante cotidiana en los antiguos mercados mayas. La imagen retrata un puesto de comida, donde dos señoras están sirviendo atol a una persona que parece tener mucha hambre.

Las dos señoras que aparecen en la escena tienen enormes ollas, donde seguramente guardaban y transportaban su atol. La inscripción del lado izquierdo las identifica como las personas del atol.

Los atoles fueron un alimento esencial y popular en toda Mesoamérica, y aún hoy, se disfrutan en una gran variedad de formas desde México hasta Honduras.

Aunque no conocemos las recetas exactas de los atoles en el siglo VIII, sí sabemos que tenían como base el maíz, y que existían variaciones que incluían cacao, frutas y chiles.

Esta escena tan evocadora es solo un fragmento de los famosos Murales de Chiik Nahb, un conjunto de murales encontrados en el corazón del sitio arqueológico de Calakmul, en Campeche, México.

A diferencia de la mayoría de los murales mayas, que suelen centrarse en escenas palaciegas y de la nobleza, los murales de Chiik Nahb nos regalan un vistazo a la vida de los vendedores y artesanos en los mercados.

Se cree que la estructura donde se encuentran estos murales pudo haber sido parte de un mercado o un edificio exclusivo para actividades comerciales, lo que explica por qué los protagonistas de estas obras son los vendedores.

Los murales se conservaron en tan buen estado porque estaban protegidos por otra estructura, la cual, lamentablemente, no tuvo la misma suerte y sus murales se perdieron en el tiempo.

Imágenes tomadas del documento Las pinturas murales de la Estructura Sub1-4 de Chiik Nahb, en Calakmul, México, de los autores Ramón Carrasco Vargas y María Cordeiro Baqueiro. Disponible en línea. Las fotografías son de Rogelio Valencia Rivera y el dibujo en la última imagen es de Simon Martin.

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