¡Cuidado…embaucadores y engañabobos atacan al planeta gastronómico!

Más caro que el vino, más puro que el café: el auge del agua mineral de lujo entre premios, maridajes e hidrosomelieres, dice la revista Gambero Rosso, y aquí añadimos: No puede ser de otro modo, la gastronomía de alta gama de mercado, aspiracional le decimos, porque la tilinguería hace que quieras parecerte a los ricos y elegidos, se inscribe en la lógica del sistema capitalista en su etapa actual, que es la de la mercancía total. Es decir en un mundo que todo es sólo y nada más que mercado y escaparates, hasta uno mismo.

Así que foodies y otros gilipollas, mamatrancas o pelotudos, de todo género por supuesto, Pedros, Marías o como fueren o prefieran, ya saben, ahora podrán gastar sus dinares y conversar boberías como lo hacen sobre restaurantes y vinos, pero acerca de aguas…¡Por qué no le van a cantar a Gardel!

La más que la prestigiosa revista italiana sostuvo al respecto: Hasta hace unos años, habría parecido impensable hablar de aguas minerales con el mismo vocabulario reservado para los grandes vinos: terroir, mineralidad, perfil de sabor, maridajes.

Como informó recientemente el diario The New York Times, una verdadera revolución cultural está en marcha en el mundo de las aguas embotelladas. Catas guiadas, sumilleres especializados, concursos, asociaciones especializadas en análisis sensorial, incluso cartas de aguas en restaurantes de alta cocina están ayudando a transformar un producto considerado banal en una nueva frontera del lujo.

Operación comercial desfachatada que tiene dos públicos u objetivos: Ciertos consumidores jóvenes manipulados por influencers y otras técnicas de la publicidad tradicional, esos que se dicen miembro de la llamada Generación Z (humanos nacidos entre 1990 y 2010); y grupos etarios variopintos de los países centrales y entre los ricos de  los nuestros, en estado de pobreza y dependencia, ganados por la campañas publicitarias sobre supuesta vida sana…Al igual que el buen vino, la cerveza artesanal y el café de especialidad. ¡Ay las modas!

Ya existen premios y cucardas, como los Fine Water Taste & Design Awards, que en 2025 se celebraron en Atlanta, Estados Unidos, y contó con la participación de más de 100 aguas premium.

Entre los protagonistas de la última edición del concurso internacional, destacan nombres como Wossa (Austria), ganadora en la categoría de mineralidad súper baja por la delicadeza de su agua con muy bajo residuo fijo, La Sasse (Francia) y Antipodes (Nueva Zelanda), que obtuvo el oro en la categoría de mineralidad baja por su pureza excepcional. Oro también para un agua italiana, Marzia, en el escalón más alto del podio en la categoría de alta mineralización.

Los dueños del negocio argumentan que se destaca la sustentabilidad en plantas y envases; sistemas de energía solar, materiales reciclables y transparencia en la cadena de suministro.

Y claro, no podían faltar…

En restaurantes de alto nivel, desde hace varios años, la carta de aguas se entrega al cliente junto con el menú y la carta de vinos, y el número de hidrosomelieres va en aumento. Ya existe la Asociación de Catadores de Aguas Minerales, fundada hace más de 20 años y con sede en Rímini (Italia).

Nosotros, los tomateros, más humildes, desde la tierra abandonado por los dioses del bien proponemos otras profesiones de alta gama: Enderezadores de banana producidas en jardines colgantes y orgánicos; descarozadores de aceitunas Premium y sacacorcheros artesanales para vinos caros…

Total, allá en el horno se vamo’ a encontrar.