Que se caigan las ventas de vino en Argentina no es noticia, pero también se derrumban en el mundo
De ello dio cuenta la semana pasada el diario inglés Financial Times caen las ventas de vino en todo el mundo, para el mundo del poder económico el más influyente, quizás junto a la revista The Economist, también británica, y al norteamericano Wall Street Journal.
Ese diario asegura que muchas de las grandes corporaciones dedicadas al negocio vitivinícola se están retirando y venden parte de sus activos, debido a que ya la producción, los stocks, superan por más de un 7 por ciento al consumo global.
Cita el caso de la poderosa firma francesa Pernod Ricard, que está vendiendo varias de sus marcas, y asegura que las ventas a nivel mundial seguirán cayendo en los próximos años
El colega Nathalie Thomas, editorialista del Financial Times sostiene que desprenderse de las carteras de vinos es un acierto por parte de las corporaciones.
Pernod Ricard vendió sus marcas de vinos en Australia, Nueva Zelanda y España. La decisión de la empresa francesa confirma el momento desfavorable que atraviesa el sector vitivinícola en todo el orbe.
El consumo mundial de vino está disminuyendo desde que alcanzó un máximo de unos 25 mil millones de litros en 2007. Los bebedores más jóvenes prefieren beber cerveza, tragos o bebidas espirituosas,
El mismo texto recuerda que el volumen de ventas debería disminuir una media del 1 por ciento anual hasta 2028. Y no se espera ningún crecimiento, ni siquiera por el aumento de los precios. Si se mira el año pasado no hay dudas: la producción mundial de vino fue un 7 por ciento superior al consumo.
Datos similares llegan desde el conjunto de Europa, España e Italia, donde el consumo de vino disminuyó casi en una 8 por ciento en el primer semestre de este año.
La baja alcanza a todas las variedades de vino, en especial a los considerados de alta gama y más caros.
Ese último dato debería provocar que los empresarios argentinos del sector piensen en nuevas estrategias, puesto que algunos de ellos reconocieron que la caída de las ventas también es un fenómeno local, que lleva varios años.
En Argentina, el consuno de vino sufre las tendencias a la baja, sobre todo entre la franja joven del mercado, a la vez que aumentan las ventas de cervezas y tragos.
El balance del Instituto Nacional de Vitivinicultura del primer semestre del 2024 respecto al 2023, muestra una caída del 4,7 por ciento en la venta de vinos sin mención varietal.
Ya hace diez años que ejecutivos de uno de los grupos más relevante del país – Fecovita – reconocían que las estrategias comerciales de apuntar a los mercados con más pretensiones y supuestas exigencias alejaban al vino del consumo más masivo y popular.
Todo ello se ve agravado en los últimos meses debido al desquicio económico y de empobrecimiento y recesión creciente al que conduce el actual gobierno de ultraderechista y aventureros, en el que sólo ganan los agentes de la especulación financiera, una suerte de maldición que pareciera ser infinita para la inmensa mayoría de los argentinos.
Esa cultura rentística y de especulación, que la ortodoxia liberal no reconoce como causas de inflación, tiene su capítulo vinero. Bodegas, y minoristas apelan a la suba constante de los precios al consumidor de forma tal que las ventas se achican pero muchas veces aumenta la facturación.
Y el vino no tiene la culpa.
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