Nos jodimos, Netflix hace cerveza y es anaorgásmica…perdón sin alcohol

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Siempre es conveniente comenzar por las aclaraciones a las que el caso obliga, como en esta ocasión: No somos tan burros como parecemos; sabemos que en el título deberíamos haber escrito analcohólica pero elegimos aquella otra palabra y con la peor de las intenciones, por fundamentalistas con razón.

Hace tres días, la CNN así daba la noticia: Una cerveza inspirada en la serie The Witcher, de Netflix, dio el pistoletazo de salida a una colaboración entre la aplicación de streaming y una de las mayores cervecerías artesanales sin alcohol de Estados Unidos.

La colaboración de Athletic Brewing Company con Netflix incluirá una edición limitada de cervezas sin alcohol de marca compartida, según anunció la cervecera en un comunicado de prensa. La primera cerveza que se lanzará es Geralt’s Gold, inspirada en “el exitoso drama fantástico», según Athletic Brewing.

Completa la CNN: Geralt’s Gold se venderá en todo Estados Unidos, y ya está disponible en el sitio web de Athletic Brewing. La colaboración de Athletic Brewing Company con Netflix incluye tres cervezas sin alcohol de edición limitada y marca compartida. (Crédito: Athletic Brewing Company). Según una encuesta reciente, la cerveza sin alcohol podría resultar atractiva para un tercio de los estadounidenses que afirman intentar consumir menos alcohol. Las ventas de cerveza sin alcohol aumentaron un 33% este año, según la encuesta.

Y los de Netflix aportaron su perorata: Nos encanta idear formas nuevas y únicas para que los fans experimenten las historias que aman, especialmente para los fans tan apasionados como los de The Witcher, dijo Josh Simon, vicepresidente de Productos de Consumo de la empresa.

Netflix ha establecido numerosas alianzas para extender su marca, que incluyen ropa, una aplicación de citas e incluso vehículos eléctricos.

Es decir, se ha convertido ya en una poderosa herramienta para idiotizar (boludizar en la lengua de los porteños) a millones de seres humanos en el mundo entero, sentados frente a sus pantallas – nobleza obliga: de tanto en tanto aparece allí alguna película o serie que vale la pena -; simular que uno le da al trago; siempre vestidos, nunca en pelotas, no sea que los vecinos nos digan inmorales; y proveernos de transportes para ver más luego a la ella o al él que conocimos también dentro de una pantalla…

Es decir otra vez: El futuro ha llegado para que todos seamos apenas mercancías intercambiables entre algoritmos, medios de comunicación y redes sociales…De eso se trata la actual etapa de capitalismo planetario, la de la mercancía absoluta protegida por una suerte de perversa o maldita trinidad: Las grandes corporaciones en nombre del padre, los sistema políticos y sus dirigente de pacotilla en nombre del hijo, y el hálito que ya Hamlet olió en Dinamarca y todo lo cubre, que es el de la comunicación concentrada tal cual un espíritu que no santo sino perverso.

Por todo eso cantamos con José Feliciano: Aturdido y abrumado, por la duda de los celos se ve triste en la cantina a un bohemio ya sin fe…Con los nervios destrozados y llorando sin remedio…una noche como un loco mordió la copa de vino y le hizo un cortante filo que su boca destrozó…Y la sangre que brotaba, confundiose con el vino…Y en la cantina este grito a todos estremeció…Mozo, sírvame la copa rota, sírvame que me destroza esta fiebre de obsesión…Mozo, sírvame la copa rota, quiero sangrar gota a gota

Sí mozo, sírvanos en la copa rota, pero que el vino, hoy la cerveza, no sea anaorgásmica….

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