A continuación reproducimos un texto que la colega italiana Anastasia Gobbi publicó el 13 de agosto en la revista Gambero Rosso acerca de un platillo típico de Malta, el archipiélago del Mediterráneo. Cocina ciertamente poco divulgada por estas tierras la maltesa  y que además nos disparó la idea del título que habrán leído. Es una conjetura, claro, porque sobres los gustos a la hora de la mesa del mítico personaje de historietas creado en 1967 por el genial veneciano Hugo Pratt, poco y nada se sabe. Algunos comentaristas…

No crean que locos nos volvimos y creemos que somos multitudes los que por estas tierras castigadas celebramos al gran Federico…Verde que te quiero verde. Verde viento. Verdes ramas. El barco sobre la mar y el caballo en la montaña. Con la sombra en la cintura, ella sueña en su baranda, verde carne, pelo verde, con los ojos de fría plata. Verde que te quiero verde. Bajo la luna gitana, las cosas la están mirando y ella no puede mirarlas… Ni delirados que estuviésemos. El amor por lo verde es una de las tantas calamidades…

Una receta (e imágenes) tomada del sitio en redes Doña Petrona C. de Gandulfo. INGREDIENTES: Masa: 400 g de harina, 50 g de manteca, 2 huevos, sal, 1/2 taza de leche. 1 cucharada de polvo de hornear, agua. Varios: sal, anchoas, 2 tomates, 1 cebolla. aji molido, orégano, aceitunas negras, huevo duro, 200 g de queso mantecoso, 200 g de panceta, aceite. PREPARACIÓN: Mezclar la manteca con la harina, agregar el polvo de hornear y la sal. Mezclar y añadir los huevos y leche o agua hasta formar una masa tierna y lisa.…

Víctor Ego Ducrot Porque estás que te vas, y te vas, y te vas, y te vas. Y te vas, y te vas, y no te has ido. Y yo estoy esperando tu amor, esperando tu amor, esperando tu amor, o esperando tu olvido. No me amenaces, no me amenaces. Si ya fue tu destino olvidar mi cariño, pues agarra tu rumbo y vete; pero no me amenaces, no me amenaces… No es para ella, tal cual nos amaestraría José Alfredo, pues no manito; sino para él, el invierno que se quiere ir pero igual comenzamos a despedirlo, sin murrias aunque por qué no,…