Y claro que por aquí se bebe sidra, y sobre todo en su Festival patagónico

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El Festival de la Sidra vuelve a Roca, provincia de Río Negro, que tendrá lugar los próximos 2 y 3 de noviembre. Avanzan los preparativos y sigue abierta la convocatoria a productores y emprendedores. Con esta nueva edición se inaugurará el nuevo predio ferial municipal junto a la Ruta Nacional 22, en calle Cerro Tronador 260. Así informó la revista digital gastronómica y patagónica Con todo gusto.

La directora de Turismo de Roca, Julieta Andrade, dio detalles y dijo: Hay 16 sidreras confirmadas y siguen los preparativos en el nuevo predio. Vamos a estrenar el nuevo predio ferial municipal con el Festival de la Sidra…Muchísimas marcas eligen volver a la ciudad. Alrededor de 5 o 6 marcas de productores locales, el resto son de Buenos Aires y Chubut.

Saben lo hermoso que es este festival con el objetivo que siempre buscamos que es la desestacionalización del producto y entender que la sidra como producto derivado de la producción de peras y manzanas es exquisito para disfrutar durante todo el año y no solamente en la época de fiestas, añadió.

En un paisaje ambientado con álamos, manzanos y acequias, sidreras locales, regionales y de distintos puntos del país ofrecerán sus productos al público. También se podrá disfrutar de la mejor gastronomía, música, espectáculos, propuestas turísticas y entretenimiento familiar.

Como parte de los preparativos en el predio, Andrade explicó que se está diagramando la disposición de los distintos sectores: Se han plantado árboles de manzanas, donados por empresas locales, y una fila paralela de álamos que cuando estén en su máxima expresión estarán hermosos. La idea es visibilizar la chacra, que cuando uno vaya a la feria sienta el contexto.

Algunos datos, tomados del informe de la Asociación Argentina de Economía Agraria del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA): Cadena de valor de la sidra en la Norpatagonia, de 2022.

La industria de la sidra nace en Argentina como resultado del incipiente desarrollo de la producción de manzanas para consumo en fresco, aprovechando la oportunidad que genera la fruta de descarte. El proceso se consolida como una propuesta de valor agregado, para luego adquirir dinámica propia.

Actualmente la mayor parte de la sidra elaborada en el país se comercializa en el mercado interno, especialmente en los principales centros poblados. El consumo se caracteriza por ser fuertemente estacional (en especial durante las fiestas de fin de año).

Informes recientes del consumo de sidra en Argentina son alentadores posicionando al país en el primer lugar del consumo en América Latina y un crecimiento en la base de consumidores.

La sidra posee un consumo difundido globalmente. El 57% corresponde a Europa (UE), 11% América del Norte, 11% África, 8% Australasia, 7% Europa del Este, 5% América Latina, 1% Asia.

La sidra, junto con la sidra de pera, es definida globalmente el Codex Alimentarius: Vinos de fruta elaborados a base de manzana (sidra) y pera (sidra de pera)”.

La amplitud de esta definición explica que en el mercado internacional el producto ofrecido con la denominación de sidra adquiera formas muy variadas en cuanto a características tales como contenido de azúcares, graduación alcohólica, aromas especiales, entre otros.

En el país el Código Alimentario Argentino determina las características que debe reunir un producto para responder a las especificaciones de “sidra”, según la etapa productiva (sidra base y sidra).

Sidra base es la bebida que resulta exclusivamente de la fermentación alcohólica normal del jugo recién obtenido de manzanas sanas y limpias de uso industrial, con o sin la adición de hasta un 10% de jugo de pera obtenido en idénticas condiciones que el jugo de manzana y fermentado en forma conjunta o separada.

La graduación alcohólica mínima permitida es 4,5±0,3 % v/v.

Sidra es la sidra base, endulzada y gasificada con graduaciones alcohólicas mínimas permitidas de 4,0±0,3 % v/v.

La sidra puede ser descrita por la forma en que se percibe desde los sentidos: sabor, color, aromas, sus características organolépticas; los dos últimos están dados por los éteres combinados con los alcoholes.

Sabor: Según el contenido de azúcar, la sidra se clasifica en seca, semi-seca y dulce y según la presencia de espuma, en tranquila y espumosa.

Percepción visual: Color amarillo dorado intenso, con tonalidades verdosas; su aspecto es límpido, brillante y luminoso denotándose la presencia de finas burbujas y buena densidad en copa.

Aroma: Denota nariz limpia y franca de intensidad media, con aroma de manzana, notas cítricas de lima y pomelo y presencia de aromas secundarios propios de la fermentación.

Si bien la producción de sidra de la Patagonia Norte es tradicionalmente industrial, en los últimos años ha ingresado al mercado un grupo de marcas obtenidas por métodos artesanales. Por eso, actualmente las sidras pueden ser categorizadas en industrial o artesanal, según el equipamiento y nivel de producción.

La elaboración de tipo artesanal resulta más atomizada y dinámica, adoptando diversas configuraciones y aceptando permanentemente nuevos entrantes.

En cada agente se identifica una estrategia propia y particular, con diversos grados de integración. En líneas generales, los elaboradores artesanales producen y comercializan en la misma región (Alto Valle de Río Negro y Neuquén), orientándose principalmente a abastecer el sector gastronómico, a ferias y eventualmente a vinotecas.

Las exportaciones (generales) se destinan a países del continente, principalmente a Paraguay (70% del valor FOB), Chile (15%), Bolivia (10%) y Uruguay (3%).

El origen de la sidra importada es de China (29% del volumen), Alemania (23%), Corea (23%), Países Bajos (18%), EEUU (5%) y Japón (2%).

 

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