Volvimos con el Conejo Jolivet… A Don Ignacio, “el rey de las milanesas”

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Queda en Almagro, y en sus más de 30 variantes, cómo no arrancar con una creación de la casa, la Milanesa Vigilante, a la que ya volveremos. Antes, un recuerdo (https://tomate.net.ar/2024/07/una-milanesa-memorable-para-pappo-para-ringo-o-para-john/ ).

Si hay un comer porteñazo, entre otros, ese es el de las milanesas o milangas, que puede ser que la dejen ir al baile sola o con fritas, o a caballo, a la napolitana, y con infinitas variaciones, tal cual las ofrecidas (y excelsas) en Don Ignacio, al 3439 de la Avenida Rivadavia, frente a la estación Loria del subte.

Volvimos en la noche de Santa Rosa, cuando la lluvia inclemente caís sobre Buenos Aires, barriendo en agua el asfalto de…Caminamos una calle sin hablar, Avenida Rivadavia y pensé cuándo subiste a mi tren, mujer, que yo no te vi…La mañana incoherente me sonrió, una burla que volaba se escapó…Y pensé cuándo subiste a mi tren, mujer, que yo no te vi

Decíamos. Volvimos pero esa vez con Gabriel el Conejo Jolivet, sin dudas una de las mejores guitarras que suena en el planeta blues, desde Chicago y el Mississippi hasta el Riachuelo de la Boca…

Y claro, no podía ser de otra manera. Porque en la fonda de Norberto Meza, no sólo se morfan las mejores milangas de la ciudad sino que se respira blues, rocanrol y cultura popular, si por ahí andan juntos el único 10, al que le dicen dios, y el creador del rock –si es que el rock pudo haber sido creado por alguien -, el gran Chuck Berry.

Veamos qué escribió el propio Conejo en las redes sociales, unas horas después de la cena con amigos y entre rocanroles…

Con Norberto Meza quien comanda el lugar de ¡la Milanesa! Su restaurant se llama Don Ignacio…Fuimos a propuesta de la revista Tomate porque nos inyectó gran dosis de curiosidad: es “la Milanesa Rockera”, dijeron entonces…En una noche de viernes tormentoso – ¡Santa Rosa no para! – nos presentamos allí. Nos recibió muy amablemente su dueño, Norberto Meza…Unos tintos y unas empanadas fritas excelentes, para continuar con dos milanesas: una Española, con pimientos verdes y rojos, y chorizo colorado, rematando una generosa capa de mozzarella y salsa de tomate. La otra fue una “standard”, Napolitana con guarnición de papas fritas. Desde el equipo de música sonaba Johnny Winter a todo trapo…Desde los muros nos miraban, Chuck Berry, Pappo, Jerry Lee Lewis y hasta Elvis Presley. Nos regalamos con un clásico flan casero con dulce de leche y otro con crema… Hablamos con el personal…En definitiva el mejor lugar para comer milanesas de todo tipo es definitivamente…!Don Ignacio!

Sí señores y señoras, señoritas y señoritos, y por qué no pebetes y pebetas. El guitarrista tiene razón, se trata de un recinto que podríamos definir como la Catedral de la Milanesa Definitiva, con un sinnúmero de variedades y algo más, un invento propio…

Como adelantáramos, la milanesa Vigilante, en honor al viejo postre porteño, dicen por ahí que creado por un bolichero del Palermo de antaño, al cual iban a comer los canas del barrió, allá por los ’20 de el del XX…

Se trata sí de una variante con mozzarella y trocillos de dulce de membrillo, sin más datos porque su inventor se los reserva, y lo bien que hace…¡Qué joder!

Vayan, lo decimos con la mayor de las convicciones.

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